El héroe enmascarado (supercorp)

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—Bueno, una vez dicho esto, podéis continuar entrenando.

Lena y yo nos fuimos a seguir con nuestro entrenamiento, pero una vez en nuestra sala, a ella no le apetecía mucho, se acercó a mi y me abrazó.

—¿Donde haremos la boda?
—Aquí, me siento más cerca de mis padres.—le dije.
—Te entiendo, desde que sé quién soy en realidad, este lugar también me acerca a los míos.

La cogí de la mano y nos marchamos de allí, fuimos de nuevo a la sala de control.

—Me estoy aprendiendo este camino.—dijo y yo sonreí.
—Bien, porque este lugar también te pertenece, aunque lo haya hecho mi familia.—la abracé.—pronto será la tuya también.—nos besamos.

Nos acercamos a la mesa de control.

—Madre.—dije, poco después apareció el holograma.
—Dime cielo.
—Verás, aún no hay fecha, pero queremos hacer el rito kriptoniano, aquí en la Fortaleza, tu quiero pedirte que seas la que la oficie, porque eres lo más cercano a un sacerdote.
—Será un honor.—dijo sonriendo.
—Bien, ya te diré cuando será.
—Entendido.—se marchó.
—Bueno, una cosa menos que pensar.—dije.
—Sí, pero ¿porque se lo has pedido a ella?
—Porque ella era jueza en Kriptón.
—Ah.

Salimos de allí y fuimos a lo que iba a ser mi habitación.

—¿Un dormitorio?
—Bueno, aquí es donde iba a quedarme, igual que Kal-El con su habitación.
—Es frío.
—Eso es porque está hecho con el material más resistente del universo, y aquí en la Tierra, es un buen camuflaje, porque parece hielo.
—Es cierto.

Me acerqué a la estantería y saqué un libro, miré y era el libro de aprendizaje de mi idioma natal, se lo di a Lena.