❝The Stripper❞ 『•MinSung•』

11: ❝Dulce Ilusión.❞

—¿Qué estás haciendo aquí?

Me estaba volviendo loco. Cerré los ojos varias veces, tratando de convencerme de que era alguien más, pero era él.

MinHo estaba parado en mi puerta, con su brazo apoyado contra ella. Vestía un traje azul con su abrigo negro abierto. Su cabello estaba despeinado y extremadamente atractivo. Lo miré fijamente durante largos minutos, sin poder creer lo que veía. No parecía estar en su estado normal, tal vez había bebido, esa era la única explicación.

—Señor, ¿qué está haciendo en mi casa? — pregunté, tratando de mantener la calma.

—¿Qué estoy haciendo aquí? Vine en busca de explicaciones, JiSung, ¿o debería decir, Peter?

En el momento en que escuché ese nombre salir de su boca, sentí que toda la sangre de mi cuerpo se detenía, luego corría por mis venas, bombeando mi corazón tan rápido que podía escuchar sus latidos en mis oídos. Sentí que mi cuerpo se llenaba de sudor, mi voz desaparecía. Me había descubierto, la única pregunta era: ¿cómo?

—¿Cómo es que...?

—¡No importa cómo me enteré! — dijo de manera rápida y firme—. ¿Pensaste que podías engañarme?

MinHo tenía un brillo diferente en sus ojos, eran oscuros y feroces. Se acercó lentamente hacia mí, acorralándome entre él y la puerta. Di unos pasos hacia atrás hasta que sentí mi espalda contra ella.

—No fue mi intención, MinHo.

—¿Estuvo bien jugar conmigo de esa manera? — preguntó, con una sonrisa diabólica en su rostro. Jugaba un juego desconocido para mí, y no sabía qué quería de mí.

—No fue mi intención, simplemente sucedió...

—Simplemente sucedió... —repitió, observándome en silencio—. No deberías haberlo hecho, Han, no deberías — su voz era dura.

Sentí cómo mi corazón latía tan fuerte que parecía querer salirse de mi pecho. En ese preciso momento, estaba apoyado contra la puerta, mientras el hombre cuya mirada era destructiva me observaba. Había una mezcla de ira, odio, deseo y excitación en su expresión.

¿Era posible que, en un momento tan tenso como ese, me sintiera atraído hacia él?

—Lo siento... — susurré.

—No te disculpes, no te arrepientas como un cobarde—su voz era firme—. Te voy a enseñar a no mentirme.

MinHo llevó sus manos a mi cabello con calma, colocando algunos mechones detrás de mi oreja. Acarició mi piel desnuda, subiendo por la extensión de mi cuello hasta llegar a mi rostro.

Mientras mis ojos suplicaban por ayuda, él sonrió.

—MinHo...

—Shhh—puso un dedo sobre mis labios—. Cállate. ¿Crees que puedes jugar conmigo y salirte con la tuya, Han? No me conoces — hablaba tan cerca de mí que podía sentir su aliento en mi cara, olía a whisky. Di un grito ahogado cuando sus manos se detuvieron en mi cintura, apretándola con deseo.

—Lo siento—no había perdón para MinHo. Ahora me estaba devorando con sus ojos, esperando el momento exacto para atacarme como una fiera.

—No perdono a nadie. Te voy a enseñar a no meterte conmigo, Han.

Rápidamente agarró mi cabello, tirando de mi cabeza y besando mis labios con ira y brusquedad. No podía pensar, solo podía sentir: miedo, excitación y temor por lo que podría hacer. Pero también había un deseo de continuar.

Sus manos se apoderaron de mi cabello con rudeza, haciéndome sentir un dolor placentero mientras su cuerpo presionaba el mío contra la puerta con deseo. Todo era salvaje y alucinante. MinHo chupó mi lengua con rapidez, saboreando todo lo que pudo hasta que sus pulmones no pudieron más. Rompió el beso mordiendo mi labio inferior con fuerza, podría jurar que estaba sangrando.