¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande.
Imaginemos... JiSung, un chico dulce y decidido.
Peter, sexy e imponente.
¿Cuál elegirías tú? ¿Cuál es...
Sonreí al mirar los ojos de Peter que me observaban inocentemente. Él era muy inocente, incluso después de tantos años aprendiendo, JiSung seguía conservando la ingenuidad que no encajaba en un mundo tan maquiavélico como este.
Podía sentir lástima por ello, pero no podía perderlo. No a JiSung, él era la fuente de poder y deseo en Imperium. Eran su cuerpo y su baile los que atraían miradas y gente que tenía la ambición de poseerlo.
Como un perfecto diamante pulido perfectamente en las manos de Dios, o el diablo por tanto deseo.
—Sabía que tomarías la decisión correcta, querido — expresé con entusiasmo, provocando una sonrisa en JiSung.
—Tu última petición, ¿verdad? Después de tantos años de ayudarme, me parecía injusto no aceptar.
—Por supuesto, eres un chico maravilloso, Peter. Estoy muy triste por saber que dejarás Imperium, pero sé que buscas otros caminos en tu vida — JiSung sonrió dulcemente, sentándose en el cómodo sofá, donde me senté rápidamente.
—Sí, tengo muchos planes. Pero quiero que sepas que estaré eternamente agradecido por todo lo que hiciste por mí, Jay.
—Lo sé, mi pequeño ángel. No te preocupes por eso. Las puertas de Imperium siempre estarán abiertas para ti.
—Eres una persona maravillosa. Me has ayudado mucho.
—No podía hacer menos, vi que me necesitabas aquel día, JiSung — nos miramos por un momento y luego lo atraje en un abrazo calmado. Él suspiró fuerte y me devolvió el abrazo—. Bueno, querido, es bastante tarde. Me retiro. Te llamaré mañana para informarte sobre el día de tu espectáculo — JiSung se levantó y asintió mientras caminaba hacia la puerta principal.
La abrió gentilmente, intercambiamos otro pequeño abrazo y un simple “buenas noches”, y luego me fui. Tan pronto como entré en mi coche, marqué el número de Allen y dejé el edificio de JiSung.
No tardó mucho en que el hombre respondiera.
—Voy a tu casa, tengo noticias.
—¿Puedo saber de qué se trata? — preguntó curioso.
—Nuestra victoria está cerca. Prepara una botella de champán, quiero celebrarlo contigo.
—Con gusto — esas fueron sus palabras antes de colgar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿En serio? — preguntó Allen con una gran sonrisa.
—¡Sí! Se lo creyó todo como un idiota. Tendrías que haber visto cómo me lo agradecía.
—¡Oh Dios, eso es increíble! — exclamó emocionado mientras agarraba las dos copas—Debemos brindar por ello — le sonreí al hombre que tenía los ojos brillantes de lo feliz que estaba.
