capítulo 6

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El día era cálido y tranquilo, por lo que Candy se sintió tentada a nadar un rato, antes que Terry se reuniera con ella para recibir su hidroterapia; el agua brillaba bajo el sol y la superficie tranquila la invitaba a sumergirse. Pero ella resistió el impulso. Aún para alguien con excelente condición física, debido a que la sesión de hidroterapia era agotadora, debía mantener toda su energía para el paciente.

Candy llevaba un traje de baño completo que enfatizaba su esbelta figura. Su bata de toalla estaba en el respaldo de una de las sillas y el reloj en la mesa de un lado. Ella pensó en ir a ver la hora una vez más, sin embargo, desistió. Si Terry se hubiera retrasado por un asunto de negocios, ella no estaría molesta, por lo que no debía irritarse porque Susana hubiera llegado y retrasara el inicio de su sesión.

Decidió disfrutar el sol sobre su piel desnuda, colocó las manos detrás de la cabeza y se relajó, permitiendo que su mente vagara; la relación entre ella y Terry había mejorado al grado de que, en una de sus platicas salió a colación nuevamente Anthony, Candy le relató cómo fue que a los pocos meses de haber contraído nupcias con Elisa Legan, Anthony cayó de su caballo mientras hacia un recorrido por su rancho, muriendo casi al instante; también le confió el cortejo por parte del hermano de Elisa, el cual la buscaba insistentemente; ante esta confesión, Terry se mostró bastante malhumorado, acto que dejó a Candy perpleja al no encontrar explicación alguna a ese comportamiento.

El taconeo de alguien que se acercaba la hizo abrir los ojos. Susana bajaba por la escalinata que conducía a la piscina, vestida con ropa casual y elegante a la vez. Tomó una de las sillas y la acercó al camastro donde Candy tomaba el sol.

—Terry vendrá en unos minutos—le indicó Susana, después comentó con un tono de desaprobación—cualquiera pensaría que estas aquí de vacaciones, tomando el sol.

Candy se molestó por la crítica, pues Susana era el motivo por el cual ella no estaba trabajando con su paciente. Pero se abstuvo de señalarlo y solo respondió:

—Aquí todo está muy tranquilo.

Susana la estudiaba con altanería, y por instinto defensivo, Candy se pasó la mano por el cabello para asegurarse de que estuviera recogido en un moño en lo alto de la cabeza. Al hacerlo rozó uno de los pendientes que bailó contra su mejilla.

— ¿Te agradó tanto el regalo de Terry que ni siquiera en la piscina puedes prescindir de él?

Flash back

Terry se lo dio tres semanas antes, tan sólo unos días después de recuperar la sensibilidad en las piernas. Aún recordaba aquel día en el que, en un extraño impulso, se alejó para darles intimidad a Susana y a Terry. Mientras estaba sentada debajo de la sombra de un majestuoso árbol, escuchó la voz de Karen, quien la llamaba insistentemente.

—¡Aquí estas! —Dijo Karen en un tono triunfal una vez que la vio—te he estado buscando por todas partes, anda, vamos que Terry te quiere ver.

—Pero... está con Susana.

—Eso ya lo sé Candy, pero él me pidió que viniera por ti, así que, andando.

A Candy le extrañó el que Terry hubiera enviado a Karen por ella, después de todo, él debería de estar pensando en los preparativos de su boda, ahora que empezaba a mostrar signos de recuperación. Una vez que llegaron al castillo, se dirigieron a la habitación de Terry, en donde se encontró con una mirada llena de disgusto por parte de Susana, y una cálida sonrisa de recibimiento por parte de Albert.

—¿En dónde diablos te metiste?

Fueron las palabras de recibimiento por parte de Terry. Días más tarde, el obsequio por parte de Terry, la tomó por sorpresa.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora