Capitulo 9

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Los malos tratos de Victoria para conmigo, habían cesado... Me trataba con normalidad y a veces tenía gestos tiernos. Como por ejemplo, tocar mi pelo, posar una mano en mi hombro, etc. Obviamente que eso me ilusionaba a más no poder, ya que, así había empezado la cosa en Jujuy pero todo rápidamente se desvanecía cuando Montenegro aparecía en escena. 
Mientras trabajábamos solíamos tomar mate y luego salíamos al patio, ella estaba muy observadora y chusma. Preguntaba por todo y todos.

Un lunes por la mañana temprano
Llegando a las oficinas, entré a la biblioteca que había allí, que a pesar de ser chica en cuanto a extensión, era muy rica en cuanto a libros. Tenía que fotocopiar algunas cosas y mientras esperaba a que las copias se hagan, me senté en una de las sillas. Una risa me sacó de onda porque al entrar no había visto a nadie. Así que lentamente hice un vistazo general y pude ver dos figuras entre los estantes besándose sin percatarse de mi presencia. 
Y en ese momento es cuando recordé una conversación que había tenido con Victoria días atrás:

-¿Y con Juarez como venís? -preguntó 

-Bien. -contesté sin dejar de mirar los papeles

-¿Segura? -dijo 

La miré. -¿Por qué? -pregunté y ella sonreía.

-No, no. Por nada. -dijo y negué para seguir haciendo mi trabajo.

Las personas que se estaban besando eran Tomás y una piba que pertenecía al grupo de Lilia Lemoine, que aunque no sabía su nombre, la tenía de vista. Ellos parecían no escucharme y seguían con lo suyo, así que, tomé las fotocopias y salí rápidamente de allí.
¿Si me dolió? Claro que si. Porque confiaba en Tomás. Siempre me costó confiar en alguien y más en hombres que tienen fama de cagarte igual. 

Me dirigí a la oficina de Victoria, y cuando me estaba acercando vi que la puerta estaba abierta, lo que indicaba que ella ya había llegado. Me asomé para asustarla pero ella fue la que me asustó a mi, al dejar a la vista la escena de ella besándose con su novio. ¿Era posible que te rompan el corazón dos veces en el mismo día? 

Fui para el baño y me mojé la cara, al mirarme al espejo me largué a llorar. 
Y ahí estaba, sufriendo por dos personas que no tenían ni un mínimo pudor para lastimarme.
Mi llanto fue interrumpido por Píparo, que había entrado al baño y al verme en ese estado se preocupó mucho.
Obviamente que solo le mencioné el tema de Tomás y lo de Vichacruel lo había omitido. 

-¿Te contó Vicky? -dijo sacándome de eje

-¿De qué? -dije confundida

-Lo de Tomás... Yo ya lo había visto con esa piba y como no tengo relación con vos, le pedí a Victoria que te lo diga ya que tienen más relación. -soltó

-No, no. No me dijo nada -contesté

Carolina cerró los ojos en señal de que había metido la pata y dejaba mal parada a su amiga. 
-Tal vez se le pasó... Con todo lo de Montenegro... -dijo 

-¿Qué pasó? -dije

-Lo del compromiso. -dijo negando

-¿Se comprometieron? -pregunté

-Si, ayer igual. -dijo 

Efectivamente Victoria no le había contado ni a su amiga sobre lo que había pasado entre nosotras. 
A esta altura, ya me había olvidado lo de Tomás, es más... Creo que lo que me produjo él fue solo bronca y ver a Victoria en esa situación fue la que me dio directo al corazón, haciéndome sentir más que triste. 
Le agradecí a Píparo por la ayuda y preocupación, salí del baño y encaré para la oficina.
Ya me había retrasado dos minutos y mi jefe es un poco intolerante con la puntualidad.
Estaba re contra dolida, pero trabajo es trabajo.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora