Capitulo 40

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Luego de ordenar un café con alguna torta, me quedé pensando en lo que había sucedido.

-¿Vos no eras peronista? -pregunté

-Si... ¿Pero no me puedo sacar una foto con Villarruel? Encima está hermosísima. -dijo Paula

-Si, es bellísima. -contesté

-Igual media rara ella... -dijo

-¿Rara en qué sentido? -pregunté

-Y... Cuando me acerqué, me trató re bien pero cuando apareciste vos, se puso media tensa... Como que estaba incómoda... -dijo

-No te olvides que denuncié al marido... -dije para descartar sospechas

-Si, se que es por eso... Y más cuando te besé... Habrá pensado: "me saque una foto con la novia de la persona que denunció a mi marido" o algo así. -soltó

-Si, puede ser... -dije

Verla a Victoria después de tanto tiempo hizo que todo dentro de mi se revolviera. Tanto que no prestaba mucha atención a lo que Calabaza decía. Si asentía con la cabeza y contestaba pero mi mente se distraía, pensando en esa mujer.

Pasaron dos semanas de aquel suceso en el que no volví a saber de Victoria, al menos no personalmente, luego de política si, ya que se hablaba en tele.

Mi abogado había podido enviar una petición para que mi juicio se lleve a cabo de una vez por todas y lo había logrado.
Lo curioso era que no era noticia en ningún medio y nadie hablaba de eso.

En el tribunal, mi abogado y el de Guillermo se mataban casi, ambos defendiendo a su cliente.
Yo estaba acompañada por mamá y Paula.
Ese fue el día donde la presenté como una amiga, sin más. Por el lado de Guillermo, había una señora que supongo que era su mamá. Ella me miraba muy mal y con asco. De tal palo, tal astilla dicen por ahí.

El juez dictaminó que el caso no tenía pruebas por lo que no podían culpar a Montenegro. A pesar de la presencia de Esmeralda como testigo, no era suficiente para declararlo culpable. Era una total injusticia pero así es como está este país.

Luego del juicio, el abogado de Montenegro  se acercó a mi madre y estuvieron charlando un poco. Resulta que vino a decirnos que Guillermo quería denunciarnos por mentiras y calumnias pero para calmar las aguas, estaba dispuesto a conceder una remuneración económicamente para mi. 
Sabía que era una especie de soborno para futuros problemas así que, ambas rechazamos aquella oferta.

Él solo se encogió de hombros y soltó: -Ustedes se lo pierden -y se fue abrazado con su madre.

Allí pensaba en qué quilombo se había metido Victoria en dejar que ese tipo entre a su vida.

Así que nada, mi juicio había quedado en la nada. Solo aceptaron llevarlo a cabo por la insistencia de mi mamá y del abogado, pero sin cámaras, sin prensa. Nadie hablaba de eso.
Me quedé con un gusto amargo porque pensé que se terminaría todo. Porque a pesar de que tengo un odio hacia él por Victoria, también era el hombre que quiso atentar sobre mi vida. Claro que lo quería tras las rejas.

Con Paula había pasado al siguiente nivel. Habíamos acordado tener una relación de novias. Estaba muy feliz con ella... Solo sino existiera Victoria Villarruel. Porque a veces me agarraban unos bajones emocionales terribles. Me ponía a mirar fotos que tenía con Victoria, a leer y escuchar las conversaciones de WhatsApp. Pero luego volvía a la realidad. Ahora estaba con una mujer que me quería y que si se la jugaba por mi.

En algún momento decidí de desbloquear a Victoria ya que, había pasado mucho tiempo desde la separación y me parecía algo inmaduro seguir en esa posición.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora