Capitulo 5

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Ella se acercaba lentamente.

Se frenó de golpe.

-Tenes un bichito ahí -dijo fingiendo que me sacaba algo del pelo.

Vamos a decir que creí eso de que tenía un bichito, en realidad, sabía lo que estaba por hacer porque hasta había cerrado sus ojos.

Seguimos caminando en silencio y separadas.

-Victoria -dije

-¿Que? -dijo

-Estoy cansada -contesté

-¿Querés que descansemos un poco? -preguntó

-Si, por favor. -contesté.

Por la zona no había ni un banco, es que estábamos en medio del bosque. Tuvimos que sentarnos en el pasto contra un árbol.

-Estas rara -dije

-Estoy igual que siempre. -dijo seca

-No. Estás seca... -dije

Ella rió. -Esa es tu percepción. -contestó

-Si, pero sé que es así. -dije

-Bueno... Pensa lo que quieras. -dijo

-Bueno, pienso lo que quiero entonces-dije

Yo tenía mi mirada puesta en frente, pero de reojo podía ver cómo ella me miraba sin disimular.
La miré y ella se hizo la que miraba a otro lado. Y así sucesivamente, jugando a qué nos mirábamos.

-Que tontas -dijo riendo

-Vos me miras... -dije

Volvió a mirarme.

-¿Qué pasa? ¿No puedo mirarte? -preguntó

-Si -dije

-Bueno. Vos tambien mírame a mí -dijo

Nos volvimos a mirar directamente a los ojos. Pero su mirada bajó a mis labios y allí se quedó.

-¡Victoria Villarruel! -dijo una persona en voz alta como con asombro.

-Hola, ¿como le va? -saludó Victoria levantándose a saludar.

-¡Vamos el domingo, eh! Saquen a estos K de mierda y hagan salir adelante a la Argentina.

-Estamos trabajando en eso... -contestó Victoria

-Disculpe, pero ¿puedo pedirle una foto? -preguntó el hombre

-Por supuesto! -contestó Victoria

Me ofrecí para sacarles la foto.
-Gracias - me dijo el hombre.
Antes de irse, abrazó y le dió un beso en la mejilla.

-Que invasivo. -dije

-La gente suele ponerse así. -contestó

-¿Seguimos? -pregunté

-Si -contestó

Luego de terminar la caminata, Victoria llamó al chófer para que fuera a buscarnos.
-Ya vienen -dijo

-Bueno, vamos para la puerta. -dije

Allí al costado de la puerta habían puestitos de artesanías. Así que cada una compró.
Ella me ayudó a elegir los regalos para mi mamá y hermano.

-¿Compramos algo para nosotras? -dijo

-Dale -contesté

Nos decidimos por unos pulseras que contenían el nombre de la provincia. Ella eligió color celeste y yo uno de color negro.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora