Capitulo 38

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Llegamos al metrobus con la chica que había conocido en la esquina donde casi me chocan. Esas cuadras fueron puro silencio, por mi parte venía pensando en todo lo que le había dicho a Victoria y viceversa. La pregunta de la chica me sacó de mis pensamientos. 

-¿Qué colectivo tomas? -preguntó

-El 148 -contesté

-Ah, yo también. ¿De dónde sos? -dijo

-De Bernal, ¿Y vos? -pregunté

-Sarandí -contestó 

-Ah, cerca... -dije sorprendida 

-Si -contestó sonriendo

-¿Te puedo preguntar por qué estabas llorando? -preguntó

-Discutí con alguien que quise mucho... -dije

-¿Pareja? -preguntó

-No, nunca lo fue. Solo perdida de tiempo -contesté

Ella asintió. 

-¿Vos tenes pareja? -pregunté

-No. Hace un año la dejé -contestó

-¿Es chica? -pregunté asombrada

-Sip... Una tóxica bárbara... -dijo negando

-Ahí viene -dije visualizando el colectivo a lo lejos

Yo tenía mi tarjeta en mano y mientras ella buscaba la suya dentro de su mochila, me detuve a mirarla. Y si... Estaba linda. Recién venía de pelearme con Victoria pero esta chica estaba hermosa. Tenía unos ojazos y un pelo pelirrojo, igual al de Max de Stranger Things. 
Ella paró el colectivo y me dejó subir primera. El placer que sentí al ver todos los asientos vacíos, sobre todo mi lugar preferido que era el último individual, pero al estar acompañada, me senté en uno de dos. Me acomodé del lado de la ventanilla y ella a mi lado. 

-¿Cómo te llamas? -pregunté

-Paula, ¿Vos? -contestó

-Soledad -contesté

Ambas asentimos como si estuviéramos repitiendo nuestros nombres por dentro.

-¿Cuantos años tenes? -preguntó 

-23... ¿Vos? -dije

-26 -contestó 

Asentí reteniendo esa información.

-¿Trabajas? -preguntó

-Si, en Anses... -contesté

-Ah, joya... Cuando tenga algún problema te digo a vos -dijo riendo. -Yo trabajo en una papelera... Atiendo a la gente. -terminó

Durante el viaje veníamos hablando de cosas triviales. Hasta que ella dijo que ya estaba por bajar. 

-¿No me queres pasar tu número así sé que llegaste bien? -preguntó

En mi mente se reprodujo aquel relato de Victor Hugo Morales sobre el gol del Siglo: "Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial".
Le dicté mi número y me mandó un mensaje para que la agendara. 

-Chau -dijo y dejó un beso en mi mejilla

-Chau -contesté sonriendo

Cuando Paula bajó, todo la tristeza volvió a mí. Apoyé la cabeza sobre la ventana y recordé todo lo que había vivido en aquella casa. Me pareció idóneo ponerme los auriculares y escuchar: "Como se curan las heridas" de Las Pelotas. Mi viaje fue así, escuchar canciones tristes mientras ocultaba mis lágrimas de los demás pasajeros.
Después de 30 minutos, bajé del colectivo y caminé las cuadras que me separaban de casa. Cuando entré, mi mamá estaba tomando mate sola. 

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora