𝙈𝙖𝙮𝙤𝙧 𝘼𝙧𝙘𝙖𝙣𝙖 - 𝘾𝙝𝙤𝙨𝙤

008: 𝙇𝙖𝙨 𝙙𝙪𝙙𝙖𝙨 ૢ✧

— Para ser tan pequeña, comes mucho.

— Es que tengo hambre.

— Tu teléfono sigue sonando.

— Es sólo mi mamá, ignóralo. — quiso concentrar su mente en otra cosa, por lo que pensó en cómo cambiar el tema a algo más agradable. — ¿Cómo crees que les esté yendo a esos dos?

— Es probable que estén bien. ¿Por qué? ¿Te preocupa?

— Bueno, un poco. Antes de que se fueran le hice una predicción a Geto y desde entonces tengo un mal presentimiento.

— Hay que tener cuidado con esos. Pero tengo entendido que su misión termina hoy; ¿qué más podría pasar?

— Quién sabe... ¿deberíamos hacer algo mientras tanto para pasar el tiempo? Luego nos vamos a enterar de todas formas.

— Sugiero arreglarte el cabello.

— ¡Lo apoyo! ¿Me haces trenzas?

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A pesar de la ignorancia de la pobre Kyoko en relación a lo que sucedía no tan lejos de allí, las cosas en definitiva no resultaron bien para ellos. En teoría su misión se cumplió, sí, pero desde que regresaron se podían notar los sentimientos desbordantes que había en ellos. Ambos estaban cambiando.

Y aunque Kyoko quisiera poder preocuparse por ellos más, tenía un problema un poco más grande en sus manos con las llamadas incesantes de su madre. La estaba comenzando a desesperar no saber qué hacer con eso, porque mientras más trataba de razonar, más recibía gritos y reclamos. Ignorarla lo hacía peor, pues si no contestaba terminaba escuchando el tono de llamada y al menos doscientas notificaciones durante la noche entera. Ya no podía dormir pensando en eso, y quizás fue esa la razón de su indiferencia a la situación de sus amigos. Si no hubiera estado ella ahogada en sus problemas, tal vez hubiera sido de más ayuda para ellos.

De esta manera, en un abrir y cerrar de ojos, un año pasó.

El verano del 2007 fue difícil para todos.

— ¿Qué piensas, Kyoko?

— ¿Eh? Lo siento. No estaba escuchando. He escuchado mi tono de llamada tantas veces que creo que se empezó a reproducir solo en mi cerebro.

— Pero sí está sonando ahora.

— En ese caso, lo he escuchado tanto que ya no sé diferenciar cuándo está sonando en la vida real.

— ¿Y quién te llama tanto?

— Ah, es sólo mi mamá. Ignóralo, Geto, escucharé lo que dijiste de nuevo.

— Pero no deja de sonar-

— Déjalo. — lo interrumpió, más severamente. — En fin, ¿qué me decías?

—...Te estaba pidiendo tu opinión. Sé sincera, tú también eres fuerte.

— Nah, no mucho.

— ¿No mucho? Sí que lo eres; haz los números.

— A ver, — trató de imaginarse la situación en su cabeza. — supongamos que, por ejemplo, tengo una pelea con Gojo. Sin tomar en cuenta el infinito ni mis cartas, igual me vencería con facilidad. Porque sin mis cartas en realidad no soy nada; por eso me considero a mí misma débil. Y también... — se detuvo. — Bueno, ya con eso me entiendes.

— ¿Realmente importa si serías más débil sin las cartas? Con solo saber que puedes hacer misiones tú sola es suficiente; eres bastante fuerte.

— Eso en realidad solo es tu opinión, pero continúa con lo que querías preguntar.

— Cierto... — un momento de silencio se formó mientras formulaba su pregunta. — ¿Cuál crees que es tu deber como hechicera y... por qué lo sigues haciendo?

— Una buena parte de la razón es porque no tengo que estar cerca de casa. Pero si me preguntas si me gusta lo que hago... diría que no en realidad. Es igual de agotador que estar en casa, pero también entiendo que es una profesión necesaria en el mundo en el que vivimos. Lo más es tener que vivir en un mundo donde esta profesión es necesaria en primer lugar sin poder hacer nada al respecto. — esa última frase lo hizo reflexionar por unos breves segundos, hasta que Kyoko llamó su atención riéndose. — O yo qué sé. Mira, te voy a ser completamente sincera. — dio un par de golpecitos en su cabeza mientras hablaba. — Esta cabeza casi siempre está vacía; hago lo que me piden y ya está. Si buscas una conversación profunda acerca de la vida, viniste con la persona equivocada.

—...Ya, tu teléfono sigue sonando. Contesta si no me vas a ayudar mejor.

— Geto. — ambos estaban molestos, por lo que intercambiaron una mirada severa hasta que la expresión de ella cambió. — Hey... a decir verdad, lo siento. Es que hay algo que me preocupa también.

— ¿Qué es?

— Creo que mi mamá me quiere matar. — su confesión repentina lo sorprendió, en especial porque Kyoko jamás hablaba de su familia, pero fue precisamente por esa ignorancia que hizo el comentario equivocado.

— ¿Y tus cartas qué te dijeron que hicieras?

O tal vez sólo estaba ardido porque Kyoko dijo que hacía lo que le decían y ya.

— "Mátala primero".

Él no estaba esperando esa respuesta.

Quedó un poco perturbado con la expresión tan seria que tenía ante tal afirmación. Los ojos que tenía no le transmitían ninguna emoción positiva, y el tono de su voz solo lograba ser más preocupante. Iba en serio; no era una broma como las que solía hacer todo el tiempo, por lo que pensó en algo coherente para decir después.

— ¿Y... entonces qué harás?

— Quién sabe. Lo estoy pensando. Como dije, casi siempre hago lo que me dicen y ya. — suspiró, volviendo a lucir un poco más tranquila. — Pero supongo que es mi mamá después de todo. No es hechicera ni nada, y además me dio la vida; algo le tengo que deber. Aunque sea el beneficio de la duda. Además es algo muy serio; no puedo decidirlo de la nada.

— Ya veo... eh... pensé que iba a obtener respuestas con esta conversación, pero solo me llegaron más dudas. No... tomes ninguna decisión precipitada. Quisiera ayudarte a decidir, pero... también me siento algo perdido.

— Hey, sin presiones; lamento tampoco poder ayudarte. Es sólo que... escuchar las voces y el tono de llamada hace difícil escuchar cualquier otra cosa. Es un desastre en mi cabeza justo ahora.

— En la mía también... aunque sea gracias por tratar de responder.

🩸 No había manera de alargar más esto 😭😭😭 pero por fin voy acabando con la parte aburrida. Ya pronto se descontrola todo.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.