005: 𝙇𝙖 𝙖𝙩𝙧𝙖𝙘𝙘𝙞𝙤́𝙣 ૢ✧

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DESDE que le dieron esa noticia, Choso estaba rodeado por un aura negativa

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DESDE que le dieron esa noticia, Choso estaba rodeado por un aura negativa. No importaba cuánto lo intentara, no lograba animarlo con sus palabras ni sus acciones ni sus intentos por darle su apoyo incondicional.

— Me destroza por completo verte así, Choso. ¿No hay nada que pueda hacer por ti para que te sientas mejor? Lo que sea; cualquier cosa en absoluto. ¿Sabes? Me di cuenta. Ya sé por qué las cartas me dijeron que te cuidara; es porque somos almas gemelas. Creo que los enamorados trataban de decirme que es mi destino estar contigo. — hizo el intento por acercar su mano hacia él, posándola sobre su rostro con cariño. Su mirada se suavizó, e inclinó ligeramente la cabeza para apoyarse en su mano. Dirigiendo sus ojos hacia ella, sostuvo la muñeca de la mano que estaba sobre su mejilla. Dejó ahí leves caricias, y al ver su expresión llena de angustia, se decidió a hablar.

— Estoy pasando un momento difícil. Estoy triste, pero en mayor parte enojado por lo que pasó.

— Entonces...

— Quieres ayudarme a mejorar, ¿verdad? — ella asintió, acercándose un poco más a él. Sin quitar su mano de su posición, se acomodó hasta poder recostarse en su pecho y cerrar los ojos. — Y dijiste que harías lo que te pidiera.

— Sí, me duele verte triste. Lo que sea que te ayude a sentirte mejor, lo haré.

— Ayúdame a vengarlos. — Kyoko volvió a abrir los ojos, y alzó la cabeza para cruzar sus miradas. — A Yuji Itadori y Nobara Kugisaki... hay que matarlos. Luego hay que rescatar al resto de mis hermanos, y entonces me sentiré mejor. ¿Qué te parece?

— Ya te lo dije; lo que sea que te ayude. Solamente quiero verte feliz.

— En ese caso, te quiero preguntar una cosa más. — jaló la muñeca de la mujer, y bajó su mirada hacia ella. Sujetando su rostro con ambas manos, le preguntó. — ¿Me amas?

— Sí, te amo.

— ¿Cómo lo sabes? — Kyoko lo miró llena de confusión. — ¿Qué es lo que amas de mí? ¿Qué significa exactamente amar? ¿Por qué es que me amas?

— Bueno... yo-

— ¿Me amas... o crees que amas porque las cartas te están diciendo que lo hagas? — silencio. Ella no supo qué responder. — Lo sabía... no es que me ames.

— No, sí te amo.

— ¿Cómo puedes estar tan segura? ¿"Las cartas te dijeron que era tu destino estar conmigo"? Entonces no me amas; le haces caso a lo que te dicen las voces como siempre. Si me amas de verdad, aprende a distinguir la diferencia. Yo también lo he estado pensando. El sentimiento que tengo en el pecho cada vez que estoy contigo... ¿es amor o me estoy confundiendo? Lo quiero averiguar. Quiero hacerlo contigo.

— Yo tambi... — antes de terminar, Choso cortó por completo la distancia entre sus rostros. Sus labios se juntaron, apenas por un segundo, y todo a su alrededor se desvaneció.

Mientras sus labios se movían en sincronía, durante tan sólo un momento, ellos eran todo lo que existía en su mundo.

Cerrando los ojos, una de sus manos se quedó en su brazo y se dejó llevar por él. No estaba siendo agresivo ni especialmente rápido; la besaba con lentitud y cuidado. Besos fríos que le entibiaban el corazón.

De ser por ella, se hubiera aferrado a él toda la noche, pero no pasó mucho tiempo antes de que Choso se separara de ella para mirarla a los ojos. Los ojos que brillaban cuando lo veía y cuyo rostro se reflejaba en ellos.

— ¿Qué es lo que sientes cuando nos besamos? — preguntó. — ¿Hay mariposas en tu estómago? ¿Te late rápido el corazón? ¿Quieres seguir y que no me detenga? — el brazo que Kyoko tenía en su brazo lo movió para colocar esa mano en su pecho, sobre su corazón. — Yo sí.

Sin decir una palabra más, volvieron a unirse en un abrazo apretado para continuar con los besos. Y no se detuvieron, ni aunque las horas siguieran pasando, porque nada importaba en ese momento. Seguirían así hasta sentirse satisfechos.

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Ya era 20 de octubre, y las cosas entre Kyoko y Choso seguían relativamente igual que antes. Claro, él aún no estaba convencido de que ella lo amara. Por más que lo besara y lo mirara con sus ojos brillantes, algo dentro de él le decía que era mejor no hacerse la ilusión; que ella debía estar confundida.

Con la esperanza de encontrar una respuesta, por supuesto que seguía juntándose con la mujer de manera romántica; quedándose despiertos hasta tarde para besarse y hacer todo lo que quisieran.

Como ahora, que Kyoko se encontraba sentada en su regazo, sus brazos y sus piernas aferrándose a él con fuerza mientras sus labios disfrutaban las sensaciones que le traían los de él. Movía sus manos desde la parte de atrás de su cuello a sus hombros y luego a sus brazos, mientras él la sostenía de la cintura.

Se separaron sólo por aire, con el rojo de sus rostros combinando, y Kyoko reposó su cabeza en el hombro de su acompañante.

— No sé cómo puedes decir que no te amo cuando hacemos esto todos los días.

— Hay atracción, por supuesto, pero... aún no sé si puedo llamar a este sentimiento "amor". — una de sus manos dio en el cabello de la contraria, acariciando lentamente como tratando de eliminar sus penas.

— ¿Cómo le llamas, entonces?

— Aún no estoy seguro. Me siento atraído hacia ti y quiero que estemos juntos, pero no puedo evitar sentir como que... esta no es mi voluntad.

— ¿O sea... que no me quieres amar?

— No, no es eso. Sí quiero, pero no así.

— ¿Así cómo?

— No lo sé; no sé qué está mal. Pero algo se siente mal, y por eso no puedo amarte así.

— ¿Y cómo sí puedes amarme?

— Tampoco lo sé. Pero supongo que lo sabré... cuando las condiciones que tiene mi mente para dejarme amarte se cumplan, lo sabré.

— Ya veo... ¿así que tendré que esperar?

— No sólo esperar; prueba también cuánto me amas. — la mano que antes estaba en el cabello de Kyoko sujetó ahora su barbilla, y la alzó para hacerla mirarlo. — Siempre y cuando lo hagas, todo estará bien.

 — Siempre y cuando lo hagas, todo estará bien

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🩸Ando enferma pero igual lo quería subir. Ya se viene el próximo arco.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

𝙈𝙖𝙮𝙤𝙧 𝘼𝙧𝙘𝙖𝙣𝙖 - 𝘾𝙝𝙤𝙨𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora