¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Choso no perdió el tiempo diciendo nada más, y de inmediato colocó juntó sus manos frente a él, dejando un pequeño hueco en las puntas para poder disparar su sangre usando la sangre perforadora. La presión era tan grande e intensa que en sus manos se podían ver resaltando sus venas, y en el momento en que disparó, Uraume falló en su intento de defenderse cuando la sangre dejó una gran herida en su mano.
(Y a partir de aquí me perdí, se los juro. Una disculpa porque esto es casi 0% descripción de la pelea, pero vi la escena 300 veces y seguía sin saber cómo describirla)
Todo pasó demasiado rápido. Entre los tres decidieron atacarlo, y a la vez que Choso mantenía su distancia al hacerlo, Kyoko se decidió a atacar de cerca junto a Kiara. Y hubiera sido mucho más sencillo de no ser porque él estaba siendo capaz de esquivar y bloquear los ataques que cualquiera de los tres le lanzaban. De la menor lo entendía; estaba luchando solo con cuchillos, pero a Kyoko se le hacía difícil pensar en cómo estaba pudiendo defenderse tan bien de las cartas. Era demasiado ágil para manejar el ataque de tantas personas al mismo tiempo.
Conforme la pelea fue avanzando, fue evidente el cansancio acumulado de Choso. Además de que había estado bajo mucho estrés, ya estuvo peleando antes, y no podía fingir que no le afectó.
— No te esfuerces de más. — el enemigo le habló, luego de darle una patada en el abdomen. — Estás exhausto, ¿no?
— ¿Y eso qué? ¿Esa es una razón para no arriesgar la vida delante del hermano menor?
Una vez volvieron a tocar el suelo, Kyoko pateó con todas sus fuerzas al impostor. Era bueno que alguien lo ataque a la distancia, pero yendo por él los tres al mismo tiempo en un combate de cerca era mucho más efectivo. No podía defenderse de los tres al mismo tiempo así porque no había tiempo entre cada golpe que recibía, por lo que no había nada que pudiera hacer para detenerlos.
Excepto una cosa.
— Kyoko, ¿te estabas preguntando por qué no se me hizo difícil defenderme de tus ataques? — a pesar de que era cierto que le daba curiosidad, sabía que era un intento por distraerla, por lo que hizo el intento de no hacerle caso. Sin embargo, al ver que no le estaba prestando atención, decidió utilizar otra estrategia para obligarla a que lo hiciera. A pesar de recibir un golpe en el proceso, tomó a Kiara de ambas muñecas y las puso detrás de ella a la fuerza para que no se moviera, además de robarse uno de los cuchillos que tenía para amenzar con asesinarla. Con lo sentimentales que eran esos dos con el tema de los hermanos, sabía que obviamente se iban a quedar quietos si la más pequeña estaba en peligro. Y tenía razón, porque viendo que con un movimiento podía acabar con la vida de Kiara, dejaron de atacar al instante; aunque en definitiva podía percibir sus miradas de odio hacia él. — Bien, si me escuchas, no hay razón por la cual deba haber más tragedia de la que ya hubo aquí hoy, así que como decía-
