𝙈𝙖𝙮𝙤𝙧 𝘼𝙧𝙘𝙖𝙣𝙖 - 𝘾𝙝𝙤𝙨𝙤

023: 𝙇𝙖 𝙡𝙪𝙣𝙖 ૢ✧

"¿Qué harás tú?"

— Yuji. — Choso le habló con calma, viéndolo sentado en la escalera del edificio en el que estaban mientras miraba el suelo. — ¿Cómo van tus heridas?

— Estoy bien, eso creo. A pesar de haber sido golpeado por el Black Flash. — le contestó, sin mirarlo. — Creo que es por Sukuna... puedo sentir como su poder está creciendo.

— Yuji, no te preocupes por mí o por Kyoko; podemos volver a la escuela de hechicería. De todas formas, quiero recuperar los restos de Shoso y mis demás hermanos.

— No estoy preocupado; el problema no es sobre querer volver o no. Sukuna está tramando algo que involucra a Fushiguro... además... yo maté a varios. Ya no puedo... permanecer al lado de los demás. — contestó, para luego tratar de desviar un poco de su atención a Kyoko. No es que fuera un desalmado o no le importara lo que le estuviera pasando, pero no tenía idea de cómo referirse a ella o cómose supone que debería tratarla. — ¿No deberías ser tú el que se esté preocupando por ella?

— Estoy preocupado, pero lo estoy por ustedes dos por igual. La mujer que viste que asesinaron, Kiara, era la hermana menor de Kyoko; la única familiar que le quedaba. Y lo que le dijo Noritoshi Kamo sobre sus cartas la tiene muy afectada. Por ahora le es difícil incluso hablarme a mí sobre eso, así que creo que necesita algo de espacio. Quiero ayudarla a sentirse mejor, pero para eso tengo que respetar sus límites y darle su tiempo a solas para que pueda pensar si eso es lo que ella necesita, y son las señales que me está dando ahora, así que la dejé un rato para que pueda tener tiempo para pensar. Cuando esté lista para hablar, me lo hará saber; aunque claro que estaré revisando cómo está por mi cuenta. Aunque sea solo mostrando mi presencia física para que sepa que estoy ahí.

— Ya entiendo. ¿Entonces ella es como tu... novia...? Está bien, creo que entendí. Antes estaba confundido con el tipo de relación que tienen.

— Bueno, es tu cuñada. La puedes llamar por su nombre si quieres; a ella no le molestará. Desde que estamos juntos la considero parte de mi familia, y ahora que no tiene a la suya de sangre, estoy seguro de que la hará feliz sentirse incluida.

— Choso, ¿estás bien con esto? Sin olvidar que yo maté a tus hermanos menores...

— Está bien, eso fue un accidente. Si Esou y Kechizu estuvieran en mi lugar...  ellos habrían dicho lo mismo. No se trata de perdonar o no hacerlo; eso significa ser hermanos.

— Vamos. Ahora tenemos que encargarnos de tantos espíritus malditos como podamos, así que, ¿puedes traerla?

— La traeré, pero quiero que consideres que es posible que no quiera pelear. Sólo puede hacerlo con las cartas, y... en este momento no soporta ni siquiera pensar en ellas.

— Está bien, no hace falta que haga nada. Lo entiendo.

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Kyoko escuchó a Choso entrar a la habitación donde la había dejado antes. Estaba sentada abrazando sus rodillas, y no lo miró sino hasta que llegó y se sentó junto a ella. Se mantuvo cerca en silencio durante algunos segundos antes de decidirse a hablar.

— ¿Cómo te sientes? — no respondió, por lo que o no sabía cómo se sentía o aún no estaba lista para hablar sobre ello. — Yuji ya quiere que nos movamos de aquí. ¿Crees que puedas hacer el esfuerzo para caminar y salir de aquí?

— Puedo caminar. No estoy tan mal. No es que no pueda hacerlo, es que...

— Te sientes mal y se siente como si no pudieras, lo entiendo. ¿Qué necesitas que haga?

— No lo sé.

— ¿Qué quieres que haga?

— No lo sé.

— ¿Hay algo en lo absoluto que pueda hacer por ti para que te sientas mejor?

— No estoy segura. Solo sé que me siento mal y... estoy confundida, no sé qué se supone que debo hacer ahora o a dónde debería ir a partir de aquí. Y Kiara... murió sin razón, al igual que el resto de mis hermanos.

— Entiendo. — ya que se estaba comenzando a abrir, trató de mantener sus respuestas cortas para poder dejarla hablar, y en cambio rodeó sus hombros con su brazo para abrazarla. Vio sus ojos llenarse de lágrimas, y la acercó más a él en un intento por consolarla y hacerla sentir segura.

— Debí decirle que no viniera con nosotros. Debí insistir más cuando le dije que saliera de Shibuya. Debí negarme cuando dijo que quería ayudar.

— Está bien, te estoy escuchando.

— Y toda mi vida... cuando murió sentí que... toda mi vida fue por nada; no tuvo sentido nada de lo que hice. ¿Para qué siquiera existen estas cartas y cuál era el punto de que eligieran a alguien? ¿Diversión? Sacrifiqué todo lo que tenía por ellas y al final... nunca tuvo ninguna importancia. Eran un juguete. Y podríamos haber sido una familia normal.

— Lo sé, sé que se siente así ahora. — le respondió, usando su otra mano para acariciar su cabeza, quitando el cabello que le estorbaba de la cara y pasando sus dedos por su rostro para secar sus lágrimas. Dejó un beso en su cabeza mientras aún la abrazaba. — Entiendo que te duele, pero no digas que nada tuvo sentido. Incluso si todo eso fue una mentira, nosotros nos logramos conocer, ¿no? Y lo que tenemos nosotros es real.

— Pensé que habías dicho que era cosa de las cartas.

— Estaba equivocado, lo que sentimos definitivamente es amor. Y no lo digo solo porque quiero hacerte sentir mejor, es porque lo creo de verdad; que te amo y tú me amas a mí. Y aún me tienes aquí, así que mientras estés conmigo, no vas a estar sola, y sabes que te considero parte de mi familia.

— ¿Estás seguro?

— Completamente. Tú eres la prueba de que podemos ser aceptados por los humanos si buscamos a los correctos. Estuviste ahí conmigo cuando yo estuve triste y perdido; lo menos que puedo hacer es hacer lo mismo por ti.

—...Gracias.

— ¿Hay algo que necesites?

— Nada en especial, solo... quédate conmigo.

— Siempre.

🩸 Me encanta la canción que le asigné al arco porque representa perfectamente esta etapa de la historia. Literalmente no podía escoger una mejor canción. Es el himno de ña historia ahora, canon.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.