¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Itadori despertó, agitado y confundido, solo para encontrarse a salvo frente a una fogata junto a Yuta. Kyoko estaba ahí también y parecía tranquila, así que no sé alarmó de inmediato. De hecho le hizo una señal con la mano como diciéndole "tranquilo".
— ¡Qué alivio! — la risa de Yuta solo le causó más dudas. — Creo que fue alrededor de septiembre. Gojo-sensei vino a verme y me pidió que te cuidara, así que tuve que crear este acto.
— ¡¿Acto...?!
— En vez de dejar que te asignaran a otro ejecutor o tener que borrar toda información de ti, Itadori-kun, decidí que lo mejor era que me encargara yo de esto. Pero ellos no son idiotas, así que para que la sede de hechiceros me aprobara como tu ejecutor, tuve que hacer un voto vinculante para "matarte". Así que te maté; perdón por eso.
— No te preocupes, pero, ¿cómo es que sigo vivo?
— Por mi técnica inversa. En el momento exacto en el que se detuvo tu corazón, te curé instantáneamente con mi técnica inversa. Pensé que funcionaría basado en lo que escuché de ti. — explicó. — Sí... esta es la segunda vez que tu muerte ha sido fingida. Dadas las circunstancias, ellos se darán cuenta pronto, pero por el momento darán tu sentencia de muerte por cumplida.
— ¿Por qué... estás haciendo todo esto?
— Porque eres alguien importante para las personas que son importantes para mí. Yo también tenía un poder que no podía controlar. Pensé que era algo que me habían impuesto a la fuerza, pero fue algo que yo mismo invoqué. Pero en tu caso es distinto; el poder con el que cargas no es tuyo. Tú no tienes la culpa.
— Te equivocas, no se trata de si soy culpable o no. Yo he... a muchas personas...
— Itadori. — al ver a su compañero frente a él, había entrado en un pánico inexplicable.
— Fushiguro... — en su expresión se notaba la preocupación, pero el contrario permaneció calmado.
— ¿Qué estás haciendo? Regresemos a la escuela de hechicería. La barrera alrededor de la escuela se ha debilitado. Siempre y cuando nadie te vea, no debería haber problema para que entres. Nos reuniremos con los senpais y-
— ¡Para! ¡No actúes como si todo fuera normal! ¡No actúes como si nada hubiera pasado! ¡Yo maté a muchas personas! ¡Por mi culpa mucha gente perdió la vida!
— Es nuestra culpa. — corrigió. — No te rindas... tú solo. Nosotros no somos héroes peleando por la justicia... somos hechiceros. Nadie puede juzgarnos de verdad, por lo que continuamente debemos probar el valor de nuestra existencia, y no tenemos el lujo de pensar en nosotros mismos; solo debemos salvar a la gente. Creía que eso era... el principio original detrás de tus acciones. Primero sálvame a mí, Itadori.
— ¿Desde cuándo los niños son tan filosóficos? — se preguntó Kyoko.
— La matanza que Noritoshi Kamo ha planeado con aquellos a los que les otorgó el uso de la hechicería lo ha llamado como... "juego del sacrificio", y Tsumiki está atrapada en el juego del sacrificio. Así que te lo ruego, Itadori. Necesito tu fuerza.
