Alijeth
Me pregunto, ¿cómo será tener sexo con una mujer?, ¿será como los animales? ¿Debería llamarla extraterrestre?, ¿es lo mismo hacerlo con un alien? No hay muchos documentales, pues por aquí está todo restringido.
Me mantengo en mi cama, mirando hacia el techo, poniendo mis manos en mi nuca. Oigo la puerta abrirse, pero permanezco con mi visión hacia arriba. No escucho sus pasos, así que decido observarla. Su cabello celeste es tan largo. Está con una de mis musculosas, le queda grande. Sus mejillas se encuentran rojas, se ve avergonzada, así que no avanza.
—Deja de estar estática y ven aquí. —Doy dos palmadas al colchón, luego hago una pausa, pero no se acerca—. Tuvimos suerte, Voroy no vino. Aunque eso no significa que no pueda aparecer mañana por un soborno, así que hay que levantarse temprano, apúrate.
—Tus pensamientos impuros, no me dejan avanzar —se queja.
—¿Qué pensamientos impuros? —Me sonrojo también.
—Estuviste pensando cosas sucias, lo percibo. —Mueve su pie en la tierra—. No puedes negarlo.
—No lo voy a negar, ya los conocías.
—Y también aclaraste que no te acostarías con alguien que no quiere hacerlo contigo.
Me río.
—¿Tratas de decir que deseas hacerlo? Qué urgida estás.
—¿Urgida? —Me observa, confusa.
Doy otros dos golpes en el colchón.
—No importa, solo ven.
—Pero...
—Solo vamos a dormir, hay que levantarse temprano. Si quieres hacerlo en la mañana mientras esperamos al imbécil de Voroy, no tengo problema, es una buena forma de matar el tiempo.
—¿Matar el tiempo? ¿Así lo llamas? Eres un bruto.
—Ya me cansaste. —Me levanto, así que se sobresalta.
Voy hasta ella y agarro su muñeca, entonces la tironeo para que se caiga en la cama.
—¡Ay! —chilla cuando me subo encima—. ¡Oye! —Y se sonroja cuando empiezo a besuquear su cuello—. ¡¿No era que no?!
—Bueno, tú querías. —Me inclino, sacándome la remera—. ¿Y quién soy yo para ignorar la investigación de terrenos inexplorados?
—No... no entendí.
—Supongo que lo comprenderás cuando nos fundamos en uno, o lo que sea que quieras decir con las conexiones raras que aplicas.
—De hecho, eso nunca te lo expliqué, así que sin darte cuenta leíste mi mente.
—¿A quién le importan las cuestiones técnicas cuando estamos teniendo sexo? —Paso mis manos por debajo de la larga remera—. Me encanta que no haya ropa interior. —Sonrío.
—No sé de qué me estás hablando —gime.
Me muerdo el labio.
—No te preocupes, yo tampoco sé lo que estoy haciendo. —Le abro las piernas e investigo la situación, sonrojándome, mientras muevo sus extremidades, investigando—. Estoy muy caliente, y no tengo idea si aplacar esa calentura del modo tradicional de aquí, como los hombres, o... —Aplasto mi cabeza en el colchón, confundido—. ¡Cielos, tienes tantos orificios!
—Yo... yo... —Traga saliva—. Mejor lo dejamos.
—No me vas a explicar, ¿cierto? —pregunto, pero es más una queja.
—Lo único que sé es que tienes una antena. —Hace un silencio antes de continuar—. Y... todavía no estoy lo suficiente... em... eso, para que la uses.
—¿Excitada? —Intento entender y alzo mi cabeza para mirarla—. Eso es fácil de arreglar.
—Quizás, pero no me "excitaste" en el lugar más importante.
Entrecierro los ojos y vuelvo a observar entre sus piernas.
—Ah... —expreso, comprendiendo a lo que se refiere—. Tus genitales femeninos están ahí, ¿cierto? Y secretan algo cuando...
—¡Ay, basta! —Me patea, avergonzada.
Caigo de la cama.
—¡Auch, mierda, ya se me fue la calentura!
Por el dolor.
—¡¿Estás bien?! —chilla, acercándose al borde.
—¿Tú qué crees?
Se pasan 😂😂😂
Saludos, Vivi.
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Ereyzai
Science FictionAlijeth se encuentra con un ser que jamás había visto, es una mujer y está por completo desnuda. --- Hay tres reglas importantes en el único lugar en donde habitan los hombres. 1. No hablar del terrible acontecimiento. 2. La palabra mujer no debe se...