Epílogo

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Jeth

Ereyzai y el desecho de clon desaparecen en una especie de esporas brillantes y azules fluorescentes. Una luz se afirma en el cielo y se esparce como magia.

Vi todo ese espectáculo y me alegra al final no ser parte de este.

Parece que Derdey consiguió lo que quería. Está feliz viendo sus análisis, las mujeres van a volver a caminar por la tierra. Salgo de mi escondite, entonces me dirijo a la salida. Camino sin rumbo, pensativo, y con más claridad.

Si lo analizas, si Ereyzai no se hubiera encontrado con Aleth, hubiera muerto triste. En cambio, al conocerlo, murió en paz y acompañada. Aunque, en realidad, esto fue para ambos, teniendo en cuenta de que él también iba a morir.

No sé si soy envidioso o qué, pero al menos esta locura terminó. Zai me dijo una vez que la tierra le contó que encontraría a mi pareja ideal, pero me haré viejo hasta que todo se estabilice. Hubiera preferido otra cosa.

Una luz cae y hace una explosión, rompiendo parte del domo. ¿Es una nave? ¡¡Qué mierda!! Casi me muero. Estoy muy quejica, últimamente.

—Hey, tú.

Una chica de cabellos castaños y con una extraña armadura, sale de aquella cápsula. ¿Tiene cola? ¿Es un extraterrestre? No se parece a Zai, es por completo inexpresiva.

—¿Me hablas a mí? —Me señalo.

Ignora mi pregunta.

—¿Esta es la tierra? —interroga de manera fría.

—Eh, pues sí.

—Se ve destruida —opina.

—Ah, es que una enfermedad azotó el planeta y hubo una extinción femenina muy grande. Además de muchos problemas internos.

—Ya veo, dan lástima, bien. —Anota algo en una máquina voladora—. No habrá extinción masculina, se salvaron.

—¿Disculpa?

—Soy un Onirium, nos encargamos de destruir y robar planetas. El tuyo se ve lamentable, así que me iré a otro.

—¿Es lo contrarío de un Ilarium? —Enarco una ceja.

—Podría decirse.

—¿Eres un extraterrestre? —cuestiono.

—Eso dije, estúpido.

—¿Y por qué luces casi como un humano?

—Mi cuerpo se adapta a la especie dominante, se transforma apenas entro a su atmósfera. Aunque no terminó de hacerse mi camuflaje.

—Oh, ¿y ya te vas?

—Eso dije. ¿Quieres venir?

—¿Me vas a matar? Tienes un aire de que me quieres eliminar.

—Normal, así es mi especie.

—Nunca había oído de algo así —opino.

Se ríe.

—En realidad, han pasado los Onirium por aquí, varias veces y hace muchos años también. He oído que la humanidad, con el pasar del tiempo, suele olvidarse de lo que va más allá de su comprensión. Por ejemplo, como cuando les pasa algo sobrenatural, ustedes son algo tontos.

La observo extrañado por sus acotaciones despectivas sobre mi especie, aun así, estoy bastante interesado.

—Curioso.

—¿Te vienes o qué? —Se gira en dirección a su nave.

—Me voy a morir, ¿cierto?

Me mira de refilón y sonríe, mostrando sus dientes afilados.

—Qué va, quizás te diviertes.

EreyzaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora