Ereyzai

Código 15: Pensamientos unificados

Alijeth

Hay magia en lo que hacemos. O sea, sé que tiene que ver con el ADN, pero no parece en absoluto algo normal. Entrelazo mis dedos con los de Zai y la sensación que nos conecta es intensa. Pareciera como si sus venas quisieran conectarse con las mías, brillan tan fuerte mientras nos tocamos. Algo palpita en mi piel, como si estuviera por iluminarme como ella.

Necesito fundirme con Ereyzai para entender. El anhelo de comprensión es más grande que el deseo carnal, como si los sentimientos tuvieran más vida, como si estuvieran llamándose. Cielos, ya me expreso como ella.

Perdemos las ropas y me abrazo a Zai. Mi pareja gime cuando toco por primera vez aquella cavidad desconocida. Entiendo todas las sensaciones, no somos tan diferentes, nos complementamos. Nuestras bocas se mueven en un sinfín de emociones y siento destellos como si pudiera entrar en su cabeza.

Mentiría si no dijera que me asusta todo este espectáculo anormal, pero yo, debo seguir mi instinto y unirme a Zai. Abro sus piernas y me preparo. No sé cómo ni por qué, pero sé que está lista. Nuestras miradas se hablan. Esta conexión de la que tanto habla ella, me volverá loco y a la vez, me encanta.

Me uno a la hermosa chica de cabellos fluorescentes y mis venas comienzan a brillar como las de ella. Es una danza de luces. Ella rodea sus piernas en mi cintura, así que me muevo. Hay un vaivén en la cama, una lucha de pasión y unión de mentes. Estoy delirando, no entiendo nada, pero puedo ver las imágenes que nos unen, llenándome de información.

Ereyzai

Alijeth se ha fundido conmigo, nuestra esencia se ha fusionado y nuestros ADN se juntan. Es excitante y romántico a la vez. Aleth no es tan rudo como aparenta, tiene su lado sensible. Ahora sé todo de él y él todo de mí, estamos conectados. Creo que ahora entiendo a los Ilarium enamorados.

Me abrazo a su cuello mientras se mueve sobre mí. Mis piernas se flexionan al sentir la profundidad. Se podría decir que es gracioso, sus pensamientos pervertidos están en mi mente y él está viendo mis emociones más esenciales. Intercambiamos vibraciones, ahora nos entendemos más que nunca.

—Aleth... —Me agarro fuerte de las sábanas.

—Zai... —Sus mejillas es tan rojas.

Ambos lo estamos, hace tanto calor.

Al final, nuestros cuerpos fueron hechos para estar el uno con el otro. No hay manera de negarlo. Estoy segura de que hice la mejor elección con mi compañero de vida.

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Me abrazo a Aleth cubierta a la mitad por las sábanas mientras él se mira la mano, la cual tiene un brillo más tenue que el de antes, pero permanece, ya que estoy arrimada a él.

No quiero soltarlo.

—¿Qué significa? —pregunta.

Sonrío.

—Nos conectamos.

—Tus pensamientos... —murmura—. Podía oírlos.

—Todavía puedes. —Hago una risilla.

—Ah, ¿sí? —Enarca una ceja—. ¿Cómo?

Muevo mis piernas bajo las mantas.

—Lo notarás solo. —Me río otra vez—. Ahora debo cuidarme de no mentir.

—Qué graciosa —dice con desgano.

¡No! Sarcasmo. Ahora entiendo más palabras que al tocar la tierra. Supongo que él también.

—¿Será? —me lo cuestiono.

—No me contaste sobre tu misión —me recrimina.

—¡Oh! Esto va rápido. Verás, tampoco es que sepa mucho de esta.

Frunce el ceño.

—Que te quede claro que no irás a esa torre.

Me inclino, poniendo mis manos en el colchón y grito:

—¡¡Pero tengo que disculparme por olvidar el paquete!!

—No te pongas en esa pose... —Se aproxima a mi boca—. Que me da ganas de repetir.

—¡¡Me estás cambiando de tema!! —me quejo, sonrojándome—. ¡¡Ay!! —chillo cuando se me sube encima, así que pongo mis manos en sus pectorales para intentar alejarlo—. Aleth, estábamos hablando de algo importante.

—Esto también lo es.

Me da varios besitos en los labios, entonces me olvido por completo de lo que trataba de decir. Hace tanto calor, es tan excitante. Una mujer no puede concentrarse de esta manera, eso es trampa.