Código 17: Razones para llorar

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Alijeth

¡¿Pero dónde demonios se ha metido Zai?!

La verdad me lo pregunto, pero estamos tan conectados que de alguna forma sé a dónde ir. Siento que está triste. Esta chica no me escucha, le digo que es peligroso salir y lo primero que hace es contradecirme. Me enfada, pero en realidad estoy muy preocupado.

Consigo un cacharro y voy en su busca. Hora después estoy en la maldita ciudad de los ricos. Al menos no la siento en la torre. Debe estar con algún niño rico, voy a molerlo a golpes si le llegó a tocar un solo mechón de sus hermosos cabellos celestes.

Llego cuando la sensación se hace más intensa. Golpeo con fuerza la puerta y el ruido de la alarma suena. Un hombre con mi cara, sale de detrás de un sillón a apuntarme con un arma, así que yo saco mis cuchillos. Voy a lanzarlos, pero me detengo, cuando Zai se pone en medio.

—¡¡No, es mi amigo!! —grita ella.

—¡¡No te metas, te engañó al tener mi rostro, estás llorando!! —aclaro al ver sus lágrimas—. ¡¡Muévete!!

—¡No, él me ayudó a escapar!

—¡¿De mí?! Creí que estábamos bien.

Se ríe.

—No, de los malos.

—¿De qué estás hablando? Parece que sigo sin entenderte a pesar de que...

—¡No lo menciones! —Se sonroja—. Eso es nuestra intimidad.

—Así que tu pareja es un desecho de clon. —Mi igual sale de su escondite, más calmado—. Bueno, esperaré a que se muera y problema resuelto.

—¡¿Qué dices, Jeth?! —lloriquea Zai.

—Por eso llorabas —contesta, luego me mira a mí—. En el camino hasta aquí, me contó lo que sucedía, ya sé que es una mujer, su jefe la traicionó, así que no puede volver a su planeta. Creí que lloraba por eso, pero lo hace por ti, ahora entiendo todo. No importa, solo debo esperar.

Gruño, pero ignoro su provocación. Guardo mi cuchillo, entonces me acerco a Zai. Acaricio sus brazos y la observo, tranquilo y sonriente.

—No debes preocuparte por mí, ya te había dicho que nos quedaríamos aquí. Olvida a tu jefe y cálmate. Todo está bien.

—Yo no quiero que mueras, Aleth. —Sus ojos están llenos de lágrimas y tiene una mirada con tanta tristeza y súplica—. Íbamos a vivir juntos por muchos años, ahora deberé esperarte por la eternidad hasta volverte a encontrar.

—No sé qué estás diciendo, todavía estoy aprendiendo a entender todo esto.

—No soy un Ilarium, pero vivo como uno, y solo se elige una vez a tu pareja, entonces si no estás, mi existencia será triste hasta que nos unamos en el firmamento.

Acaricio su cabello y la abrazo, sintiendo su tristeza todavía más profunda.

—Todo está bien, no pasa nada.

Oímos el suspiro del mencionado Jeth, entonces nos separamos y él habla:

—Vale, ya entendí. Lo que sea, hay que ponerse en marcha con otras cosas, no llorar. Estuve investigando y es evidente que GenesisAmon quiere algo de su ADN, pero hay dos lados en este juego. Tienes a Monserrat, que solo la quiere como juguete, y luego está el doctor Derdey, que últimamente ha estado hablando de volver el mundo a como era antes.

—Me he dado cuenta de algo —acota Ereyzai—. Lo de gruñón viene de familia.

—No somos familia —me quejo—. ¿Prestaste atención a lo que dijo?

—Sí, que soy capaz de destruir un virus.

¿Cómo llegó a esa conclusión? A veces olvido que su inteligencia no es de este mundo. Es un ser excepcional, con un dialecto trascendente. Necesito aprender más de ella.

El suelo comienza a temblar, entonces me doy cuenta de que la causa es una enorme máquina, cuando el techo es levantado encima de nuestras cabezas. Un largo brazo mecánico se estira, enganchando la pequeña cinturita de Ereyzai y de la nada la eleva, llevándosela.

—¡¡Zai!! —grito, sorprendido y desesperado.

En un segundo pueden cambiar tantas cosas.

¡¡Aaahhh, el próximo capítulo es el último!! 😭

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¡¡Aaahhh, el próximo capítulo es el último!! 😭

Saludos, Vivi.

EreyzaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora