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Nuestra hacienda.
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Seis meses antes.
Yo: ¿qué es lo que te sucede Nicholas? Vos no eras así y jamás me habías levantado la voz -con la voz quebrada a punto de llorar-
Nicholas H: ¿acaso no te das cuenta? Este matrimonio es un fracaso -estaba destruido por dentro-
Yo: nos prometimos tomarnos de la mano y bailar bajo la lluvia -estaba a punto de llorar-
Nicholas H: ya no nos llevamos bien, por mínima cosa discutimos -trató de calmarse- dejemos de vender frente a nuestra familia que somos el matrimonio feliz porque no lo somos -tragó saliva- creo que fue un error el habernos casado
Yo: -largué lágrimas- ¿qué estás insinuando? -Mirándolo con dolor-
Nicholas H: que deberíamos tomarnos un tiempo y ver que haremos con éste fracaso de matrimonio -dijo con mucho dolor-
Yo: ¿acaso ya no me amas? -Dije con dolor como si me hayan clavado un puñal en el corazón-
Se giró sobre sí mismo y se retiró de la habitación sin emitir palabra.
Bajó las escaleras, salió de la casa, se subió a su camioneta y se marchó.
Me senté desconsolada en el piso recostándome sobre nuestra cama y lloré.
Por su parte, él iba rumbo a Houston a encerrarse en el pent-house y lloraba.
Hasta que recibe un WhatsApp de un número desconocido, aquel número que lo ha estado amenazando el último tiempo.
Cuando lo leyó gritó de rabia mientras lloraba.
Los mensajes decían:
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