Un nuevo comienzo

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Abrí una ves más el cuaderno, ese cuaderno juraba romperse la próxima ves que lo abriera, las hojas amarillas comenzaban a desprenderse por si solas y la tinta apenas y era visible. Era tan antiguo igual que su ex propietario.

Solía verlo acompañado de ese cuaderno, a ratos le gustaba ir al jardín y sentarse a escribir, nunca me importo, ni me llamo la atención preguntarle qué tanto escribía.

Arrugué la nariz y pensé que por el desgaste del cuaderno debería de tomarle fotos a las paginas que por vista se veían interesantes o a las que mas tenían letras.

Y ahí estaba cuestionándome del porque había aceptado, posiblemente había Sido la desesperación del momento y mis neuronas no estaban conectadas. La rivalidad y posiblemente también la rabia había invadido cada centímetro de mi cuerpo. Se me conocía por ser ese tipo de persona competitiva y también posiblemente eso me habría llevado hasta ahí.

Solté un gran suspiró y mire mi habitación, las maletas ya listas en una esquina. Solo había cosas necesarias en mi habitación, poca ropa, las repisas llenas con algunas de mis cosas. Toda mi vida estaba empacada en maletas, había sido difícil la decisión, estar demasiado lejos de el lugar en donde crecí y viví tantas cosas. Donde tenia toda una vida, amigos, familia, demasiados recuerdos.

Pero bien, tenía que hacer algunas cosas en ese lugar, me habían recalcado las primeras, cada que el notario me miraba me remarcaba las dos primeras y las otras dos restantes solo me las dijo en un intento de acento que el cual no salió bien y tuve que reprimir bastantes risas al ver su cara de confusión y frustración por no poder pronunciar bien.

Dos reglas simples y dos más escritas en italiano.

Uno: Cuidar de Fiore
Dos: Ama a Fiore
Tres: Riporta il sole
Cuatro: Guarda l'eclissi

Había traducido estás y salía que se traba de una flor, si una flor, por una flor hoy dejaba toda mi vida atrás.

Él había cuidado de ella, cada que llegaba de su viaje me contaba lo hermosa y linda que se veía. Era su flor favorita al parecer, decía que el y la abuela la habían cuidado desde siempre. Había escuchado de ella desde que tenía memoria y mamá siempre le preguntaba a ellos de como estaba, siguiendo su juego.

Me sorprendía que siguiera viva, las flores que compraba mi madre rara vez pasaban de los cuatro años, se terminaban marchitando, quedando solo así una maceta vacía. Pero ellos habían cuidado bien de ese flor.

Había pasado bastante tiempo que él se había mudado por su enfermedad con nosotros y en ningún momento trajo consigo esa dichosa Fiore.

Cuidar de Fiore, posiblemente ya se había marchitado y de esa flor solo quedaban ramas y hojas secas. Sin vida.

Amar a Fiore, cuando escuché eso me pareció algo bastante estúpido, tuve que morderme la lengua para no soltar una carcajada, amor, que palabra sin sentido o posiblemente uno muy distorsionado, lo relacionaban con los para siempre y eterno, tanto costaba amar a alguien, como para amar a una simple flor.

Tres Riporta il sole o traer de vuelta el sol.
Y cuatro Guarda l'eclissi o Mira el eclipse.

Las últimas cosas de la lista eran difíciles, yo sé que dije que las reglas eran simples, si, excepto las últimas dos, al abuelo siempre le había gustado la literatura, las últimas semanas había leído los libros que usualmente leía o tal vez solo busque reseñas en internet y todo para tratar de descubrir a lo que se refería el viejo.

Busqué en los poemas de su época, cine y no encontré nada, yo sé que el viejo ya estaba loco, y que el pequeño hámster que corría en su cabeza hace mucho tiempo había dejado de correr, así que un momento de delirio había escrito eso.

El cuaderno de AlbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora