007❅

108 17 10
                                    

Si lo preguntaran, llevaban la relación como un par de adolescentes primerizos. No se habían besado, pero su química era innegable. Sus manos apenas se rozaban y ruborizarse era algo completamente normal para ambos. Siempre caminaban tan cerca pero sin entrelazar las manos. Quizá Mark aún no había dado el primer paso, o quizá sí, pero entonces Donghyuck daba un pasito hacia atrás. La cosa aquí es que ambos estaban cómodos con aquel vals organizado que parecían llevar sus almas.

Estaban bien con eso. Con formar parte del calendario del otro; con empezar a conocer secretitos vergonzosos luego de una larga sesión de comentarios fantasiosos e irreales. A Mark le gustaba hablar del mar y sirenas, a Donghyuck le gustaba hablar del espacio y estrellas. Mark tenía un gusto exagerado por las sopas, Donghyuck ni siquiera las consideraba algo comestible. A Mark le gustaba acariciar el cuerpo de Donghyuck, a Donghyuck le gustaba ser acariciado.

El castaño —no tan castaño ahora— insistía en que el mayor era una especie de bardo, siempre basándose en cualquier elemento que tuviera a la mano para contar fantásticas historias; era un abogado pero el arte en él se manifestaba a través de historias y Mark siempre contestaba que la fuente de su inspiración era él.

A Mark le gustaba pensar que Donghyuck era el sol; a Donghyuck le gustaba hacer analogía de Mark con la luna.

Compartían secretos, tonterías, arte y leyes

Donghyuck había asistido a todas las audiencias que prescindieron a ese caso, y es que claro, la familia del chico demandó a la agresora por difamación y daños morales-psicológicos; nuevamente Mark al frente de todo. 

La forma en que se desajustaba la corbata ya no le parecía normal, ahora era tan sensual en él. A veces Mark le pedía que no fuera, ¿la razón? Él decía que su presencia lo desconcentraba.

Mark había asistido a cada exposición que le faltó; por dentro y fuera de la institución. Conoció su galería y definitivamente coincidió una vez más en que Donghyuck era arte, y no de mármol, no de hierro, no de piedra ni pintura; era arte de huesos y polvo púrpura.

La única discrepancia que tenían era que Donghyuck era absurdamente meloso, y para él era muy importante la forma en la que Mark lo llamaba, "Hyuck" o "cielo" no era suficiente para el menor, pero Mark no había podido ceder en eso, sencillamente otra clase de epítetos los consideraba vergonzosos; a Donghyuck no pareció molestarle ese hecho.

—Te compré esto de camino —puso aquel delicado ramo de frutas y chocolate frente a sus ojos.

Había llegado la última prueba de sus alumnos; la obra de teatro musical. 

—¿Nervioso? —le susurró al oído mientras frotaba la punta de su nariz contra su cuello.

Donghyuck ladeó ligeramente la cabeza para permitirle que se adentrara un poco más cerca a su piel. 

—Ya no, alguien me dijo que debo dejarlos fallar. 

Sintió la suave sonrisa de Mark contra su piel. 

—¿Dónde compraste esto? 

Los pequeños detalles de Mark: siempre tenía un delicado presente para Donghyuck, nunca llegaba con las manos vacías y eso era tan hermoso. Sabía qué llevarle en el día exacto, ¿cómo lo sabía? Era aún desconocido para Donghyuck, pero simplemente siempre lo sabía.

—Lo compré en la zona de gastronomía, ¿quieres ir a ver?

¿Cómo iba a negarse a visitar la fábrica de dulce de donde probablemente Mark salió?

El lugar estaba lleno a más no poder, parecía entonces que gastronomía era un éxito, junto con todos sus platillos. Era su prueba final para graduarse, en ese evento no participaba todo gastronomía, solo los de último año, los que les faltaba solo ese pequeño escalón para poder llamarse a sí mismos chefs.

Little Things - Lee Donghyuck (Markhyuck/Nahyuck).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora