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¿Qué puede ser más perfecto que un moreno de voz despampanante, sonrisa seductora y ojos hechizantes? ¿Más perfecto que alguien esperándote sagradamente en casa para decirte lo mucho que te ama?

Lee Mark pudo llegar a pensar que lo tenía todo, pero entonces Estados Unidos anunció un cambio de directivos y nació la posibilidad de que pudiera ser él. Como buen trabajador que era su intención era progresar dentro del gremio y ser el director del mejor bufete del país lucía como una opción que se ajustaba a sus habilidades. 

—Entonces ¿cuál es el problema? —preguntó Jeno confundido dándole un sorbo a su café—. ¿Debes hacer más casos o cómo?

Mark negó suspirando. —Debo ganarlos, Jen y... Los casos que me están solicitando son casos que se salen por completo de mi dominio. 

—Ay, Mark... —suspiró Jeno pensando en cómo ayudarlo, lo suyo era la ciencia, no las leyes.

Mark pensó un momento si continuar con la conversación. —He... estado reunido con mis compañeros de trabajo, para ellos esa clase de casos son más... ¿cómo decirlo? Sencillos —Jeno observaba la forma en la que su amigo elegía cuidadosamente lo que decía—. Supongo debería aprender de ellos. 

Jeno asintió encogiéndose de hombros. —Pero ¿ustedes son competencia? Porque si lo son, ¿cómo estás seguro de que lo que te enseñarán es lo adecuado?

Jeno tenía razón, normalmente la tenía.

Aún así, la competencia desleal dentro del mismo bufete no era una buena jugada; si estaban juntos en el mismo caso, y en la audiencia uno de los abogados que salía a las preguntas de rutina fallaba, no era como que ese abogado fallara, fallaban todos. Por lo que Mark solicitó el apoyo de todo el bufete para su primer caso luego de que lo hubiera reemplazado de un caso de homicidio en un hospital privado. 

—Esto es más sencillo de lo que parece, abogado Lee —mencionó Jimin recostada a la mesa mientras leía la demanda—, solo tenemos que pagarle al juez para que inadmita estas dos pruebas de aquí; las del laboratorio —señaló las dos pruebas más importantes. 

Mark bufó. —No van a inadmitirlas solo porque sí. 

—¿Oíste la parte en la que dije "pagar"? —preguntó ella con una sonrisa hermosa pero de suficiencia. 

—O chantajéalo —se encogió de hombros Siwon—, creo que el juez de esa audiencia me debe un par de favores, así que no deberíamos de tener mayor problema con el fallo judicial. 

«Dinero o chantaje», apuntó mentalmente Mark.

Las cosas en casa afortunadamente iban bien, Donghyuck era la miel hecha persona. Siempre tan atento y adorable. A pesar de que estaba tan ocupado con la universidad, de alguna forma encontraba tiempo para aprender a cocinar y preparar diversos platillos en cada noche. Cada día lo recibía corriendo por las escaleras mientras envolvía sus piernas alrededor de la cintura del canadiense.

Lo único era... el sexo. Donghyuck y él no terminaban de compactar. Pese a que Donghyuck tenía la misma biología de Mark, pareciera que no supiera del todo cómo acomodarse en la cama, y es que lo de Mark siempre habían sido más las mujeres, ellas podían adoptar cualquier cantidad de posiciones, pero su novio era... ¿cómo explicarlo? Demasiado dulce, no aguantaba mucho y se quejaba bastante. Él no quería acariciarlo, quería pegarle, tratarlo fuerte, cachetearlo, pero ni siquiera se le ocurriría hacerlo, la única vez que le había escupido en su entrada, notó lo tenso que se había puesto. 

Su novio no sabía dónde podía ser romántico y dónde no, para él todo se resumía en romance y prosa, y Mark tenía una clara tendencia en ser más bien sádico en la cama, pero la última vez casi lo había hecho llorar, entonces tuvo que conformarse con solo tratarlo un poco fuerte y luego llenarlo de besos.

Little Things - Lee Donghyuck (Markhyuck/Nahyuck).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora