005❅

122 18 13
                                    

Los días empezaron a hacerse cortos, pareciera que nos les alcanzaba el tiempo para estar juntos. Tenían una agenda que compartían; era una agenda virtual, ahí ponían cada reunión, salida y en general cada actividad que tuvieran para que el otro siempre estuviera enterado; también una aplicación donde constantemente marcaba la ubicación de cada uno. 

La toxicidad y los celos no era algo que fuera habitual en ellos; no existía, aún así siempre era importante para Donghyuck saber dónde estaba Mark debido a su profesión. Los abogados no son bien recibidos en ninguna parte del mundo porque si ganaban el caso lo odiaría la contraparte pero si lo perdían lo odiaría su propio cliente; era peligroso y Donghyuck prefería saber la ubicación de Mark por si llegase a necesitar ayuda.

—¿Entonces dejarías de ser abogado? —preguntó curioso Donghyuck mientras enredaba sus piernas alrededor de la cintura de Mark. 

El mayor negó. —No, Hyuck. Pasaría a ser el jefe del bufete —tomó al otro del trasero para, según él, sostenerlo mejor—. Es lo que he estado esperando desde que ingresé ahí y eso ya fue hace... siete años —asintió nadando un poco hacia atrás para llegar a la orilla de la piscina. 

Mark había sido postulado para ser el próximo jefe del bufete. Era una sede importante de un bufete de renombre en Estados Unidos y luego de que el jefe de ese momento hubiera errado trágicamente en una de sus audiencias más importantes, desde la central decidieron removerlo. 

—Wow, amor, ¡eso está genial! —chilló Donghyuck—, definitivamente serás tú. 

El problema es que no había sido el único postulado, habían dos más: Choi Siwon, tiburón entre los penalista, acabaría cualquier diligencia que le adjudicaran; desde fabricar pruebas hasta comprar importantes testigos. No necesitaba moral, la moralidad era un elemento que no coincidía mucho con los abogados penalistas, ellos solo necesitaban renombre y dinero. 

El otro problema: Yoo Jimin, lo que no lo hacía el diablo lo hacía ella; de hecho en el bufete solían bromear diciéndole que ella le daba clases al diablo. Usar su belleza a favor y persuadir de desconocidas formas al cuerpo de jurado. La señorita Yoo tenía un total de ciento veinticinco casos en donde perdió tres: Ella era la favorita de los magnates.

Entonces estaba Mark, que su pasión por ayudar inocentes lo hizo estudiar derecho y especializarse en penal.

—No lo sé, cielo —en realidad sentía que lo mejor era no echarle mucha cabeza a eso—. Lo único que sé es que pasaré mi cumpleaños bajo revisión; ese día debo volar a Dubái por un importante accionista que está retenido en el país por aparente tráfico de drogas —Donghyuck levantó sus cejas asombrado y Mark asintió—, debo lograr que lo traigan de vuelta para comprobar acá que es falso de lo que se le acusa.

—Entonces ¿no estarás el día de tu cumpleaños? —preguntó el menor luego de separarse de sus labios. 

Mark negó haciendo una mueca. —Estaré en la mañana, pero no en el resto del día, cielo.

—Odio eso, Makku —le dio un corto beso en la nariz—, pero entiendo tus responsabilidades. Así que, desde ese día estarás bajo la supervisión de la central para saber si te ajustas al puesto, ¿cierto?

—Síp, así es —nuevamente atacó los labios de Donghyuck—, pero ven, ya no hablemos de eso.

Mark de una forma sutil y lenta había logrado recorrer todo el cuerpo de Donghyuck, ahora sí sin ropa, pero no habían consumado como tal el acto. Ya fuera Mark o Donghyuck, siempre había uno de los dos que se detenía, era una muestra de amor importante, razón por la cual no estaban dispuestos a que ocurriera de una manera tan descuidada. 

Little Things - Lee Donghyuck (Markhyuck/Nahyuck).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora