7° RESFRIADO

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Al ya no poseer un cuerpo humano y ser semidioses, se convierten en seres semi-inmortales, lo cual los vuelve inmunes a toda enfermedad o mal humano, sin embargo, poseen sus propios males y enfermedades, porque finalmente están cumpliendo una penitencia, no podían tener tan buena suerte.

6:00 am, William se encuentra en su oficina, organizando los documentos del día para entregar, le faltan los de Grell Sutcliff -Honestamente- William se dirige a la oficina de la pelirroja, "vacía", William suspira molesto, "¿Por qué Sutcliff tiene que ser siempre tan irresponsable? William camina hasta la sala de descanso, el cuarto de foto copiado, los comedores, todos los lugares donde la pelirroja acostumbra perder el tiempo con conversaciones banales, nada, no hay rastro de la hiperactiva muerte roja.

-Ronald Knox- ¿Has visto al inútil de Grell Sutcliff?- pregunta con gran irritación -Son cerca de las 7 y no se encuentra en la sede, ni se ha reportado.

-Oh jefe, no, no sé nada de Grell, desde anoche no he hablado con él, aunque se veía bastante decaído, No creo que esté con Sebas-chan- ante la mención del demonio, la ceja de William se crispa, ya había olvidado a dicha alimaña asquerosa, aunque era muy temprano para que el pelirrojo estuviera perdiendo el tiempo en la finca Phantomhive, William dió la media vuelta, dispuesto a marcharse. -Quizá esté enfermo, ya sabes, hay una epidemia de resfriados. ¿Estás preocupado?- Ronald son sonríe pícaramente.

Los Shinigamis no nos resfriamos- Responde William y se retira, sin voltear a ver al rubio. Ronald se encoge de hombros, toma su agenda de muertes y se dirige al área de secretarias.

...

El mayordomo se dirige tranquilamente de la cocina a la habitación de su joven amo. Unas tijeras de poda atraviesan una ventana rompiéndola y cortándole un mechón en el proceso.

-Que mal educado- dice Sebastian.

-¿Dónde se encuentra Grell Sutcliff?- interroga el gerente. El demonio sonríe.

-Debes amar mucho al señor Sutcliff, como para venir a perder el tiempo, buscándolo en la casa de tus enemigos.

-Honestamente- William se ajusta las gafas y está a punto de agregar algo, pero el demonio sigue su camino a la habitación del Conde, será mejor que repare la ventana antes de que su amo despierte y la vea.

-Estúpido Grell, ¿Dónde estás? Me las vas a pagar- William hace un portal y regresa a su mundo, sólo está quedando en ridículo frente a todos.

...

El último lugar que le queda por revisar, el apartamento del pelirrojo -Grell Sutcliff - dice mientras toca tres veces la puerta de madera, no hay respuesta, William suspira, ya no va a perder más tiempo, acabará con el juego de este holgazán, busca entre sus llaves y saca la de Grell, abre la puerta y entra, el lugar está desordenado y en penumbras, se dirige hasta la alcoba, llama nuevamente pero de igual forma, nadie responde. Gira el picaporte y entra la habitación está completamente oscura y silenciosa, en la cama se puede apreciar un bulto. -¡Grell Sutcliff!- no hay respuesta, camina hasta el ventanal y abre las cortinas bermellón, por fin algo de luz entra, tabien abre uno de los vidrios y permite que se ventile el lugar, sigue sin haber respuesta. -No estoy para juegos, Grell Sutcliff- retira las cobijas que cubren al pelirrojo.

-Noooo- gime con malestar.

-Deja de actuar, ¿Por qué no te presentaste en el trabajo?

-¿Eh?, Grell finalmente alza la mirada. -¿Will?- pregunta desorientado ¿Qué hora es?

-Las 12 del día, ¿Por qué no te presentaste a trabajar?-repite.

-Me siento muy mal, estoy enferma, creo que estoy resfriada.

-Los Shinigamis no nos resfriamos.

-Me siento muy mal, me duele demasiado el cuerpo y la cabeza.

-Honestamente- William se retira el guante y toca la frente de Grell, no puede creer que esté lidiando con esto. Para su sorpresa, el pelirrojo está hirviendo, no puede decir si es un resfriado o no, pero definitivamente no se encuentra bien. De inmediato arrebata las cobijas, exponiendo el delgado cuerpo.

-Will, por favor, no, tengo mucho frío- sus súplicas llegan a oídos sordos, William no está a la vista, Grell busca sus cobijas, pero no quiere moverse, le duele mucho el cuerpo.

-No estoy para juegos, Grell Sutcliff- dice William quien ha regresado, la muerte oscura toma en brazos a Grell, el cuerpo se siente muy caliente, Will y Grell entran al baño y con un poco de brusquedad, Grell es colocado en la bañera que está llena de agua helada. Grell grita y trata de jalar aire, debido a la impresión y cambio brusco de temperatura.

-Los Shinigamis no se resfrían, no somos humanos, no nos enfermamos ¿Qué hiciste? Grell.
La única enfermedad que se puede contraer, son las espinas de la muerte y tú no tienes eso- le dice con algo de seriedad, pero claramente está preocupado, con un recipiente cubre de agua fría la cabeza de Grell, también los hombros y la espalda, cada cierto tiempo, les moja, para mantenerlo fresco.

Una vez que la fiebre a disminuido, William ayuda a Grell a cambiarse de pijama, la pelirroja se sonroja, claro, no sería la primera vez que William le ve sin ropa, pero William actúa tan profesional y estoico, Grell no puede evitarlo. Ya lista, Grell vuelve a la cama, pero ya no se le permite taparse, William abandona la habitación. -No te vallas Will, no me dejes- ruega pero Will ya se fue, aunque no tarda mucho en regresar, en una bandeja trae té y un plato de sopa, Grell se sonroja nuevamente, no es muy común que William se porte tan amable, Grell come hasta la última cucharada de sopa y tres tazas de té. -Todonestá delicioso, muchas gracias cariño~.- William guarda silencio, todo el tiempo, ha permanecido callado, es un poco incómodo, pero Grell aprecia los detalles afectuosos.

-Si ya te sientes mejor, me retiraré, hay mucho trabajo en la sede y a diferencia de ti, yo no puedo dar el lujo de perder ni un día- se pone de pie y se dispone a retirarse.

-Will- Grell le sujeta por la muñeca -Gracias por cuidarme- sonríe débilmente, William le mira, se ve tierno, pero no dice nada, sólo asiente con la cabeza y camina hasta la puerta. -Te amo mucho- es lo último que dice Grell.

-Descansa, regresaré al salir del trabajo.

.....

-Es cierto, las enfermedades humanas no nos afectan, pero nosotros tenemos nuestras propias batallas de salud- explica un médico al gerente.
-Se ha presentado una gran cantidad de despachadores enfermos, presentando síntomas parecidos a los de un resfriado humano, pero un poco más intenso, ciertamente no los matará, pero si no se cuida, puede alargar los malestares.

-¿A qué se debe?- cuestiona William.

-Bueno, debemos sacar de alguna manera todo lo que llevamos dentro, principalmente estrés, preocupaciones, tristezas, un gran cúmulo de emociones negativas afecta el rendimiento de un Shinigami, quizá el señor Sutcliff tenga una gran cantidad de alguna de estas emociones y finalmente le afectó.

-¿Emociones?

-Así es, sí, la muerte debe trabajar sin emociones, pero seamos honestos, es imposible, al fin y al cabo, fuimos humanos, está grabado en lo más profundo de los corazones. En ese caso, la ira tampoco debería de estar presente, es una emoción.

.....

6:00 pm William abandona las instalaciones puntualmente, no tiene trabajo pendiente, cualquier detalle lo revisará mañana temprano.

Un portal directo al edificio de Grell, por seguridad de las parcas, no se pueden abrir portales dentro de los apartamentos de otros segadores, para respetar su privacidad.

William usa su llave nuevamente, ingresa al apartamento y se dirige a la habitación de Grell, la pelirroja está profundamente dormida, no se percata de la presencia de su jefe.

-Honestamente- el ventanal sigue abierto, niega con la cabeza y la cierra. Cobija a Grell y le acaricia el rostro, se ve tan tranquila, difícil imaginar que este tornado de energía finalmente se había aplacado. -¿Qué te tiene tan mal?- murmura William y besa la frente de Grell.

QUE NI LA MUERTE NOS SEPAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora