ᴠᴏᴢ

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Aún recordaba la primera vez que lo había escuchado.

Aquella voz tan preciosa hizo que cada vello de su cuerpo se erizara, su mente no fue capaz de procesar todo lo que su corazón sintió, entonces pensó que así era como un ángel debía de escucharse.

El tatuado esperaba detrás del escenario a que fuera el turno de su banda para presentarse en aquel festival, nunca esperó quedar cautivado por la voz de aquel chico de vestimenta azul, ojos verdes y cabello rojo.

Su mirada se deslizó sobre él durante todo el concierto, pero el omega ni siquiera lo notó, estaba demasiado inmerso en su propia burbuja, disfrutando de su propio arte.

El pelirrojo pasó a su lado sin saber que se había llevado consigo un pedazo del corazón de Frank y que había dejado una marca en él.

Frank pensó en acercarse, tal vez hablar un poco para conocerlo y tal vez intentar mantener el contacto después, pero sabía que sería raro hacerlo.

Reprimió sus pensamientos y los encerró en una caja, permitiéndose a sí mismo concentrarse en su propio concierto pues estaba por comenzar, pero durante la noche no podía dejar de escucharlo en su cabeza.

Ya era algo usual que pasara las noches despierto hasta bastante tarde, lo inusual era que sucediera porque escuchaba la voz de un completo desconocido cantando las notas más perfectas que había escuchado en su vida.

Comenzaba a sonar como si estuviera loco. Intentó distraerse con otras cosas para dejar de pensar en ello, forzándose más de lo necesario hasta que se dio por vencido.

Cuando dejó de luchar, terminó quedándose profundamente dormido, arrullado por aquella voz.

Los meses pasaron y aún lo recordaba, aunque añoraba escucharlo nuevamente. Sabía que tenía que buscarlo, pero ¿qué podía decir? Sabía que, si comenzaba con un "Hola, te vi hace meses en un concierto y no puedo dejar de pensar en ti y la hermosa voz que tienes" el omega probablemente iba a bloquearlo de todos lados, él mismo lo haría.

Abandonó el estudio, dándose un descanso mientras el resto de su banda hacía lo suyo adentro. Habían sido largas horas ahí adentro y necesitaba algo de espacio para sí mismo.

—Disculpa, creo que estoy perdido.

Lo reconoció de inmediato. Aquel chico que había estado rondando sus pensamientos ahora estaba de pie frente a él, sonriendo con algo de timidez mientras esperaba por alguna respuesta.

—¿Eres nuevo?

—Creo que es algo un poco obvio.

—Claro, yo... ¿A dónde te enviaron?

Y después de eso se volvieron inseparables. Si querías saber en dónde estaba Frank debías preguntarle a Gerard y viceversa. Pasaban horas hablando sobre sus proyectos, gustos, pasatiempos, salían a comer y siempre que podían estaban en los conciertos del otro hasta que el alfa se arriesgó y le pidió una cita que Gerard aceptó con gusto.

—Siempre... siempre quise decirte que tienes una voz hermosa —soltó Frank mientras su mirada permanecía en el techo de aquella habitación—. Amo que me llames antes de acostarme, escucharte me ayuda a dormir... tienes algo que me calma y puedo sentirte ahí.

Gerard escuchaba atentamente mientras observaba sus manos juntas. Últimamente parecía que todos sus proyectos no eran suficientemente buenos, había grabado varias pruebas, pero todas habían sido rechazadas.

—Frank, es muy lindo que intentes hacerme sentir mejor, pero ambos escuchamos lo mismo. Necesito trabajar más duro en ello.

—No lo digo por eso. Realmente tienes ese efecto en mí, tu voz es una de las cosas que más amo en este mundo y no solo cuándo estás cantando. Tienes una voz encantadora, cada vez que hablas haces que me enamore de ti de nuevo, nunca me cansaría de escucharte cada día y que se jodan si piensan que tu trabajo no es bueno.

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del omega.

—¿Cada día?

—Cada uno de los que me quedan, absolutamente todos.

𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂𝒄𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓「𝑭𝒓𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora