ʀᴏɴʀᴏɴᴇᴏ ᴏᴍᴇɢᴀ

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Las semanas pasaron y Frank finalmente pudo volver a casa con su omega. Lo había extrañado más que nunca. Sonrió cuando encontró una cabellera roja y un par de ojos verdes que brillaban con esperanza. Se abrió paso entre la gente hasta acercarse a su esposo.

Dejó su equipaje junto a ellos. Gerard le veía como si fuera una de las maravillas del mundo, totalmente fascinado con él. No dudo en tomar al omega entre sus brazos, estrujandolo con fuerza mientras algunas lágrimas salían de los ojos del tatuado.

—Gee... Te extrañe tanto —su tono era suave mientras el omega se hundía entre sus brazos—.

Gerard escondió su rostro en el pecho del alfa y un pequeño ronroneo salió de él, relajándose en la calidez del cuerpo del agente. Frank sonrió al percibir el ronroneo de su omega.

—Vamos a casa corazón.     

𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂𝒄𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓「𝑭𝒓𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora