♤ Hace 4 años ♤
—Ingresa. —Invitó el de lentes. — Ten cuidado con la cabeza.
No entendía cómo es que existía este lugar, según él ya conocía todo el establecimiento de sus amigos, estaba admirado por esos secretos.
Con cuidado fue el último que ingresó en aquel pasillo un tanto estrecho y largo, le incomodaba todo el lugar, sobre todo el techo que era bajo, solo dos centímetros separaban su cabeza del pavimento. El ambiente allí era pesado y agitado, no le gustaba, para nada, pero al notar como los otros tres jóvenes caminaban muy acostumbrados por el sitio cruzando palabras fluidamente, decidió hacer lo mismo y trataba de no demostrar lo incómodo que se encontraba.
El trayecto duró aproximadamente tres minutos, con algunas risas y carcajadas que salían tras algunos comentarios que mencionaban los contrarios, Quackity respondía de igual manera, hasta incluso hacía reír aún más a sus amigos cuando él era el que tiraba una que otra broma o chiste, de esa manera poco a poco perdió la incomodidad en su ser.
Las luces que los rodeaban en ese pasillo eran totalmente rojas, fue por ello que tras entrar por otra puerta escoltada por un par de guardias a una habitación muy iluminada, tardó en acostumbrar a sus ojos a la nueva iluminación.
Había personas que estaban sentadas frente a grandes pantallas, lucían muy concentrados haciendo aquello, tanto que al parecer no "notaron" cuando ingresaron los jóvenes.
—Padre invirtió demasiado en esas tres pantallas. —Señaló el castaño de rulos casi desapercibidos, situándose en una esquina.
—El mío en esas otras tres... —Mencionó con diversión el de lentes oscuros.
La habitación tenía más de diez pantallas que rodeaban todo el lugar, y cada una de ellas mostraba las imágenes de las diferentes cámaras de seguridad que se encontraban en puntos estratégicos del establecimiento.
— ¿Son espías o qué? —Burló el pelinegro.
Tras esas palabras miraron a Quackity confusos, y tras unos segundos en silencio rieron nuevamente.
— ¿Y esperabas que no? —Respondió Sapnap pasando un brazo por la espalda del menor. — Ven Quackity.
Se esforzaba en notarse tranquilo y como si supiera todo lo que sucedía en esa habitación, pero de vez en cuando dejaba que su duda y confusión saliera frente a sus "amigos".
— Si tienes suerte hoy habrá show, Big Q. — Habló el castaño con camisa celeste.
— Danos espacio. —Pidió el azabache junto a Quackity, hacia uno de los trabajadores. —Por favor.
La persona se alejó tan sólo unos centímetros con su asiento, cediéndoles un espacio más cerca frente a las pantallas.
—Bien... —Suspiró el de banda blanca. — Solo te mostraremos poquito de lo que hacen ellos, y algunas veces nosotros. —Dijo enfocando su vista en las imágenes que tenía en frente.
— Espero que cuando visites nuestro casino en un futuro con tu familia, no les cuentes este pequeño secreto a nadie. — Habló Karl despreocupado, jugando con su reloj de mano que tenía.
El más bajito rio desviando su mirar por aquellas palabras.
—Mira... —Señaló George con su dedo un punto en específico en el video de la cámara que se mostraba. —Este es puesto del famoso juego veintiuno o blackjack, como lo deseas llamar.
Era una mesa, donde había seis personas rodeándola, la primera estaba en frente de las otras cinco, y estas estaban sentadas en sus lugares frente a unas cartas con muchas fichas circulares junto a ellos.
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Segunda baraja || Luckity ||
FanfictionActualmente el casino más popular y visitado en todo el mundo es llamado "Las Nevadas". Y el afortunado dueño de este lugar es nuestro querido Big Q o simplemente Quackity, quien ahora tiene que pasar 7 meses enseñando todo lo que significa ser dueñ...