18. Calma

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Tras resolver cualquier interrogante con Jschlatt durante más de cuatro horas, Quackity trató de comunicarse con la persona que hace mucho tiempo consideraba un amigo, y que después de mucho tiempo ese pelinaranja había conseguido el puesto en el país que siempre deseó.

La noticia lo sorprendió, por supuesto; pero no por el hecho de que ahora era el presidente de Karmaland, sino que él, siendo el mismísimo Lolito totalmente pulcro y correcto, irresponsablemente le había enviado papeles e información totalmente falsa o equivocada de la persona que supuestamente sería su aprendiz.

Lo había hecho a propósito… o eso creía el azabache. El encargado del país sabía muy bien que Quackity lideraba aquel casino y que ese mismo Quackity no aceptaría a Luzu como compañero de trabajo por siete largos meses.

Por eso todo el misterio y lagunas de falta de información en todo el tema.

Y claro, ahora que Luzu ya estaba en el DSMP, en quien sabe dónde, tenía que por lo menos dudar acerca de su decisión en el trabajo planteado; ya que, claro estaba que si la propuesta habría llegado formalmente, su respuesta habría sido un definitivo "No".

Después de muchas llamadas dirigidas al presidente, recibió aquel mensaje donde detallaba que pronto recibiría una llamada de Luzu, y que este le diría algo importante acerca del tema. Tras mucha más insistencia después del mensaje, se rindió. Su cabeza empezaba a doler por toda la situación olvidando por completo la presencia de sus primos en su casa.

No quería entablar una conversación " normal" o "decente" con quien ya no debía de estar en su mente hace años, y hacer como si las cosas entre ellos habían terminado bien. Así que le cedió la tarea al castaño después de amenazarlo con la muerte, si es que no le contaba todo a detalle si al final recibía la tan esperada llamada.

Al final de su jornada laboral buscó a Foolish, a quién le avisó que, durante toda la estadía de sus primos en su casa, o sea una semana entera, visitaría el casino por las tardes y solo por un par de horas. Después de todo, ya se cumplían dos años sin que problemas sumamente graves irrumpieran en su establecimiento.
Y finalmente, alrededor de las seis de la tarde, regresó a su propiedad.

Estaba aturdido y estresado, pero sabía que con la compañía de las personas en las que confiaba, todo estrés o frustración, se acabaría.

Cerró con cuidado y en silencio la puerta detrás de él, quería ser lo más sigiloso posible, pues quería que Charlie y sus primos no se dieran cuenta que estaba ahí.

Caminó en dirección hasta el área de la piscina en su casa, cuidando el ruido de sus pasos.
Cuando ya estaba cerca, logró visualizar las encendidas luces de colores que se encontraban dentro de la piscina, y a la vez iluminando el lugar tenuemente. Frunció un poco su ceño al darse cuenta que en ella no estaban sus primos. Se acercó más y deslizó lentamente la puerta de cristal de gran tamaño frente a él e ingresó al fresco ambiente de la noche siendo rodeada del sonido de las hojas de los árboles que adornaban su patio moviéndose entre sí.

De inmediato escuchó las fuertes risas de sus visitas y Charlie, giró su cabeza en dirección al fuerte ruido y se topó con la bonita escena de sus primos tratando de ahogarse entre ellos, dentro de un jacuzzi alejado de la alberca principal, con risas y juegos en medio de todo el caos que hacían.

Suavizó su mirada y sus labios formaron una sonrisa que demostraba todo lo que sentía. Empezó a caminar hacia ellos mientras cruzaba sus brazos. Cuando estuvo cerca apoyo su cabeza en un pilar que se encontraba al frente del jacuzzi.

Relamió sus labios y habló.

—Buenas noches... —Llamó la atención de los contrarios. —pendejos. —Soltó riendo.

Segunda baraja || Luckity ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora