Capitulo 29

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—Ya quisiera usted librarse de mi, pero le dije que soy suyo hasta que la Diosa lo permita.

Samantha sonrió levemente.

—Eres muy lindo, espero que cuando consigas a tu mate, seas muy feliz... —Sonrió con tristeza.

—Ya te dije que no la estoy buscando, estoy feliz con lo que tengo ahora —Beso la mejilla de Samantha tan suavemente que le saco un suspiro que venía de lo más profundo de su alma.

Samantha se acurrucó en el pecho de D'mitry y este gustoso la recibió, pasaron un tiempo así hasta que D'mitry habló.

—Tenho que ir a ver cómo va todo ese desorden que deje allá abajo —Habló con un tono de voz gracioso.

—Ja, ja, ja, trajiste un ejército —D'mitry se levantó y poso un cariñoso beso en la frente de Samantha.

—Bueno, alguien tenía que hacer esas casas que tanto sueñas.

Se apartó y se dirigía a la puerta, antes de salir de la habitación se volvió en si, miró a Samantha por unos segundos y sonrió, Samantha le devolvió la sonrisa.

Este con un paso rápido se acercó a ella y le dio un beso lleno de pasión, su mano en la nuca de Samantha que le indicaba que no quería dejarla ir nunca, el beso antes que se volviera un poco más caliente se terminó.

Le volvió a sonreír y está vez si se iba.

—Hey —Llamó Samantha y este se volteó a verla —Gracias por todo lo que haces por mí, D'mitry.

Este sonrió con orgullo, su lobo se movía inquieto dando vueltas en su cabeza aullando de felicidad como cachorro que le rascan la barriga.

—Te mereces mucho más.

—Me hace feliz lo que me das.

—Te daré más de lo que te hace feliz, no necesitas conformarte, te daré mi amor a manos llenas.

—Te quiero, D'mitry...

—Y yo a ustedes, Samantha. Cuidense, volveré a comer con ustedes.

Salió de la habitación y Samantha se quedó confundida.

"¿Dijo «ustedes»?" Pensó Samantha confundida.

"Si, quizás si quiera a la loba con todo y camada, espero que sí, su lobo me llama mucho la atención, Grrr" Samantha se quedó impactada de las palabras de Mega.

"Diosa..." Samantha no quiso pensar en eso, sabía que solo lo dijo por decirlo, después de su conversación había quedado claro que el no sería un padre para los bebés.

Samantha se quiso distraer viendo lo que había en la habitación, dio con la vista con una librería que con cuidado se levantó y reviso los libros que estaban allí, dio con uno llamado: "Cuando amé a alguien" sonrió y se dispuso a leerlo.

Sangre de la manadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora