Parte 22

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-Gabriella, te ves tan diferente... -susurró Charles, dejándose llevar por las intensas sensaciones que ella despertaba en él-. Pareces otra persona.

De forma repentina, Gabriella se acercó aún más a Charles, haciendo que sus entrepiernas se rozaran y provocando que él soltara un pequeño gemido.

-Es porque soy otra persona -susurró Gabriella, esbozando una sonrisa traviesa.

Aquellas palabras fueron el punto de quiebre para Charles. Sin poder resistirse más, tomó el rostro de Gabriella entre sus manos y la besó con tanta pasión que parecía que sus labios se destruirían en cualquier momento.

Gabriella, a su vez, se dejó llevar por el momento. Aunque se había prometido no dejarse engañar nuevamente por Charles, esta vez quería divertirse un poco y desquitarse de todo lo que había estado guardando por tanto tiempo. Tal vez Charles no merecía sus besos ni sus caricias, pero si esa era la única manera de hacerle daño, entonces se los daría con gusto.

Cuando finalmente se separaron, Charles intentó quitarle el traje oscuro a Gabriella, buscando dar un paso más sin importar que el resto del equipo pudiera regresar en cualquier momento. Sin embargo, Gabriella lo detuvo con una mano firme.

Gabriella volvió a besar a Charles, esta vez de manera más lenta y seductora. Charles correspondió gustosamente e incluso se dejó llevar, gimiendo suavemente al separarse.

 - Dime, Charles. ¿Crees en la maldición de la primera carrera? -preguntó Gabriella, desviando la conversación hacia un tema inesperado, mientras mordisqueaba el cuello de Charles. 

 Charles frunció el ceño ante esa pregunta que no tenía nada que ver con lo que estaban hablando anteriormente, pero aún así respondió con una mezcla de curiosidad y superioridad cuando Gabriella volvió a acercarse a sus labios. 

 - No, ¿por qué debería creer en eso? -respondió Charles, tomando el mentón de Gabriella para intentar besarla de nuevo, pero Gabriella se apartó a tiempo para evitarlo. 

 - Pues deberías creer en ella, cariño, porque me aseguraré de que se cumpla -dijo Gabriella con determinación, soltándose del agarre de Charles y saliendo del garaje con paso decidido, dirigiéndose hacia donde se encontraba Hamilton. 

 Por otro lado, Charles se quedó perplejo y sin reacción. ¿Acaso Gabriella lo había amenazado? Eso era imposible. Algo en las palabras y la actitud de Gabriella hizo que una leve duda se instalara en su mente. La maldición de la primera carrera resonaba en su cabeza, y Charles no pudo evitar preguntarse si, en realidad, había algo más en juego de lo que él se daba cuenta.

La Protegida de los Pilotos --☞Charles Leclerc☜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora