Mientras se estiraba plácidamente en aquella cama matrimonial, un felino negro se acercaba para dar su canto de todas la mañanas. Adeline se sentó en el respaldo de la cama y llamo al gato Plutón para darle mimos antes que el rey de los gatos vuelva de comprar.
Adeline se encontraba en la casa de Michael, tras una noche larga de tragos y risas.
Un golpe llamo su atención que provino de la habitación desde afuera.
- ¿Puedo pasar? - preguntó Michael desde el otro lado de la puerta.
- Nop.
- Compré masas dulces para el desayuno.
Adeline saltó de la cama y dirigiéndose a la puerto, tomo su camisa y abrochó un par de botones para luego abrirle la puerta.
- Veo que dormiste bien, permiso. - Agregó al pasar por el marco de la puerta.
Esté con gusto fue recibido con maullidos de Plutón, dejo el desayuno arriba de la cama y se sentó en la punta de la cama, palmeo el colchón para indicar que vuelva a la cama. Volvió a su posición de antes, Adeline contra el respaldo de la cama recibida con su desayuno favorito chocolate caliente con masas dulces.
Mientras Adeline le daba un sorbo a su café, observó frente suyo al castaño que acariciaba suavemente a Plutón, con su sonrisa de siempre y la palidez de su piel reflejada contra la iluminación que provenía de dichosas cortinas blancas. La belleza que había en el era la administración de cualquier chica de preparatoria aunque Michael no le interesaba nada en particular.
- ¿Ocurrió algo? - Preguntó al levantar la vista y tomar al gato en sus brazos.
Un leve rubor se presentó en las mejillas de Adeline, por lo cual desvío la vista negando aquella pregunta.
Adeline tenía dudas de su amigo, varias veces ha sido coqueto y amable con ella pero siempre negaba que solo era por empatía y sentido común.
La salida de ayer fue espectacular, salieron a pasear por la plaza y montarse en los juegos infantiles luego fueron hechados por los mismos padres por haber hecho llorar a una de sus hijas tras no haberles dado el columpio.
Le regaló un colgante con la medallita de girasol brillante en la luz.
Cenaron juntos en la casa de Michael, para luego ver una película en el sofá junto con botanas dulces y saladas, latas de cerveza y soda.
- ¿Segura que quedarte en casa? Digo pudimos haber ido a la feria del Centro como todos los años. - Pregunto dudoso el castaño al apoyar el brazo en el respaldo del sofá.
- Estoy bien aquí, quería pasar tiempo de calidad juntos. - aclaró al suavizar la voz.
Una película de zombies y una mesita llena de comida chatarra lo convertiría en una cita perfecta, pero en este caso era normal para ellos al conocerse de pequeños era lo cotidiano estar en esas circunstancias. Michael siempre ha tenido ese pequeño y grande cariño a Adeline, está también le tenía un gran cariño al cual los convirtió en seres inseparables al pasar el tiempo.
- ¿Ocurrió algo en la escuela nuevamente? - preguntó el castaño tras rodejar el brazo de éste en Adeline. - ¿Se han comportado los del Centro?
Está solo se dejó caer en los brazos del castaño para acomodarse en el pecho de este.
Michael con el taco de su palma, noto que la espalda de Adeline estaba esquelética, sabía acerca de su condición.
- Algo así, aún siguen las indirectas acerca del problema y tú suplente no es tan malo como pensé. - Mencionó la pelinegra.
Tras las condiciones de Adeline tras las primeras latas de alcohol ya habían hecho un efecto de sueño en ella. Michael por su parte rodeo con sus brazos uniendolos en un abrazo tierno y cálido
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El hiló que nos unió
Romance¡Hiló rojo que ha juntado a nuestros dos protagonistas! pero el alma gemela de nuestra protagonista ha cambiado de rumbo y viene con todo ♥️💪