Capítulo Nueve:El castillo de Azrael

419 55 25
                                    



Yeni POV


Capítulo Nueve


El filo brillante de la hoz caía con tal fuerza con la intención de acabar con mi vida de un solo golpe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El filo brillante de la hoz caía con tal fuerza con la intención de acabar con mi vida de un solo golpe. Cerré mis ojos, tratando de no pensar en el dolor que estaba a punto de sentir. Solo quería una oportunidad más para vivir la vida, un segundo para decirle a Edward que no se preocupara, que aceptaba mi destino aunque eso significaba morir. 

No hay escapatoria. Pensé. Estoy apunto de morir.

Le pedí a Dios que perdonará por cualquier pecado que había cometido en mis escasos veintiún años de vida, ojalá hubiera podido despedirme de Sofía, o haber conocido a mi verdadera familia, pensé en todos mis amigos, las personas que estimaba, las hermanas del orfanato que habían cuidado de  mí. No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas. 

Todo pasó tan rápido que no supe cómo había ocurrido. Edward apareció a mi lado con velocidad imperceptible al ojo humano, interponiendo su cuerpo alto y esbelto entre la hoz de Azrael y yo.

 Edward apareció a mi lado con velocidad imperceptible al ojo humano, interponiendo su cuerpo alto y esbelto entre la hoz de Azrael y yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Podía ver el esfuerzo que ambos seres eternos ejercían uno contra el otro. La Muerte extendió sus gigantes alas grises, agitándolas y creando un viento que derrumbó a Edward con facilidad al suelo. Azrael levantó sus manos huesudas dando vueltas a su hoz para así ir tomando fuerza para lanzármela. Edward, al ver su intención, se levantó en un santiamén y voló hasta detenerlo.

Un grupo de parcas capturaron se fueron contra el, doblando sus alas y sometiéndolo. Con un movimiento ligero de su mano, Azrael aventó a las parcas fuera del alcance de su hermano.

—¡Déjenos pelear justamente, parcas! Hermano contra hermano.—les ordenó Azrael. 

Dejando en claro que si iban a pelear al menos que fuera con honor y sin trampas. Aunque Azrael sabía que Edward no tenía la fuerza suficiente  para vencerlo.

Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora