CAPÍTULO 4: Al encuentro con el Arcángel Lucifer.

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Sariellis estaba contenta de que la Muerte se aliara con ellos para acabar con la tiranía de Dios.

-Estoy feliz de que te unas a nosotros Muerte ¿tienes un plan para acabar con tu hermano?- preguntó Sariellis.
-Claro que sí, necesitamos que el Arcángel Lucifer se una a nosotros- contestó la Muerte con seriedad- necesitamos bajar al Inframundo para encontrarlo- añadió ojeando un libro con una cubierta de seda negra.
-De acuerdo y ¿cómo podemos ir al Inframundo?- preguntó Antonio.
-Debemos bajar por las "Escaleras Infernales" que se encuentran a los pies del Cáucaso y luego cuando entremos ir al palacio real- contestó la Muerte mirando un mapa- ¡Arreando que el tiempo es oro!- exclamó la Muerte saliendo del Purgatorio.

Los hermanos, Sariellis y la Muerte volvieron a la helada montaña.

-Tengo entendido que el Cáucaso está en Georgia, y está muy lejos. Tardaremos mucho en llegar- dijo Erica recordando las clases de Geografía de la academia.
-Hay una forma en la que tardaremos como mucho 4 minutos, y es mi bastón sagrado- dijo Sariellis sacando su bastón.

Los cuatro agarraron el bastón de Sariellis, dieron 2 golpes y en 4 minutos estaban a los pies del Cáucaso, Erica estaba incrédula mirando con admiración a Sariellis.

-Bien, ya estamos en el Cáucaso y ahora ¿dónde están esas Escaleras Infernales?- preguntó Sariellis con un tono impaciente.

La Muerte estuvo tocando la pared del Cáucaso como esperando tocar algo distinto, 3 minutos después encontró la estrella satánica grabada en la roca, la pulsó y se abrió las paredes del Cáucaso, la Muerte se asomó y había unas escaleras.

-Aquí están las "Escaleras Infernales"- informó señalándoles con el dedo.

Los cuatro bajaron cautelósamente las escaleras debido a que se hacían más estrechas en las curvas.
Pasaron 10 minutos y llegaron al último escalón, y por fin llegaron al Inframundo.

-Chicos, hemos llegado al Inframundo- presentó la Muerte.
-Y ¿dónde está ese palacio real del que nos hablaste?- preguntó Antonio.
-Está en el centro del Inframundo, a unos 20 minutos de aquí. Mas o menos- dijo la Muerte mirando un mapa antiguo.

Estuvieron caminando mirando los numerosos puestos que había en el Inframundo, Erica estaba pensando en que tán poderoso debía ser Lucifer para que la Muerte insistiera tanto en querer reclutarlo en su equipo, tenía un montón de preguntas en su cabeza y a la vez, tenía curiosidad por verlo en persona, se preguntara "¿cómo será ese tal Lucifer ehh?"
Y así pasaron los 20 minutos y llegaron al palacio real, era un castillo enorme de color negro que tenía un foso de lava de 3 metros de ancho que rodeaba todo el castillo y una verja de metal oxidado con pinchos en la punta.

-Chicos, os espero aquí- dijo Sariellis- al ser un ángel no me dejan entrar al palacio real.
-Pero te puede pasar algo- dijo Antonio preocupado.
-Soy un ángel de cuarto rango ¿crees de verdad que me pasará algo- rió Sariellis-¡No se os ocurra venir sin Lucifer!

La Muerte pisó una amfombrilla que había en frente de la verja y, automáticamente se abrió, los hermanos sorprendidos de aquello entraron sin dudar. Había unos guardias y al ver que era la Muerte abrieron el puente levadizo, los hermanos y ella pasaron y el último guardia abrió la puerta a la sala del trono.

-Vaya vaya, cuánto tiempo sin vernos, sobrino- dijo la Muerte a la persona que estaba sentada en el trono.
-Si.... hace ya dos siglos- dijo la persona, se levantó y era un chico que aparentaba 17 años y medía 1'70 aproximadamente, tenía el pelo plateado, pero las alas en lugar de ser blancas como las de Sariellis eran negras, sus ojos eran de color naranja y vestía una camiseta de tirantes negra y un vaquero de color azul.

-Antonio, Erica os presento a mi sobrino...Lucifer- dijo la Muerte señalándole.
-Encantados- dijeron Antonio y Erica casi a la vez.
-Bueno tía, ¿a qué se debe esta visita tan repentina?- preguntó Lucifer.
-La verdad, es que queremos acabar con tu padre y necesitamos tu ayuda- respondió la Muerte.
-Os ayudaré, así ya de paso me vengaré de mi padre de una vez por todas- dijo Lucifer con una rabia que le corría por las venas.
-Disculpa que pregunte, ¿qué te hizo Dios para que lo odies tanto?-preguntó Erica.
-Me desterró por ser más fuerte que él- respondió Lucifer.
-Eso debe haberte sentado muy mal, que tu padre te echara por esa razón tan estúpida. Me da mucha lástima- confesó Erica.

Lucifer se sorprendió, es la primera vez que alguien le dice algo como eso y empezó a sentir cosas que nunca había sentido antes
"¿Qué me pasa?" se preguntaba, pero ahora no tenía tiempo para esas cosas, debía vengarse por lo que le hizo su padre, arrrebatándole la vida.

-No sientas lástima, si fue hace ya tiempo- contestó Lucifer tímidamente, mirando hacia otro lado.
-Bueno, basta ya de cháchara, que tenemos que reunirnos con Sariellis que la pobre nos está esperando- dijo Antonio empujando a Erica hacia la salida.
La Muerte y Lucifer los siguieron.

En la puerta estaba Sariellis bebiendose un refresco, en la otra mano llevaba un abanico.

-Si que habeis tardado, vamos, que aquí hace mucho calor.
-Si estamos a 35°, no hace tanto calor- dijo Erica.
-Los ángeles somos criaturas que no soportan temperaturas mayores de 30°- aclaró Sariellis.

Los hermanos, Sariellis, la Muerte y Lucifer se fueron del Inframundo y regresaron a España, estuvieron hablando con Lucifer para conocer más cosas sobre él y así se despejaban un poco y se relajaban.
Mientras tanto en el reino celestial, había un hombre de pelo castaño y ojos plateados. Estaba mirando una pantalla enorme, con una cara poco satisfactoria, pero estaba muy enfadado.

-¡Caela!- llamó el hombre muy enfadado- dile a Damián que se presente en mi despacho. Esto se está poniendo muy feo.
-De acuerdo señor Dios, ahora mismo le llamo.

El ángel se fue corriendo a buscar a ese tal Damián, cuando estaba solo, Dios cogió un oráculo y llamó al papa Francisco.

-Voy a necesitar vuestra ayuda- dijo Dios con una sonrisa malvada en su rostro.













































Conspiración contra el PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora