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El tiempo podía ser relativo, pero ahora solo pasaba de manera tan lenta como rápida. Felix no sabia en que momento cuatro días habían pasado. Y mientras sobaba el puente de su nariz miro de nuevo al muchacho.

Jeongin era un joven que no se rendía fácil, algo que admiraba Felix, pero que al mismo tiempo le daban ganas de estrangularlo. El hechizo que Chan le había puesto al muchacho era tan sencillo que Felix logro hacerlo cuando tenia solo cinco años.

—Okey, de nuevo Jeongin. Creo que el problema es la posición y...—Felix se levanto de su lugar, y con un chasquido de dedos. Destruyo la columna que se suponía el "elegido" debía hacerlo. Jeongin vio caer la piedra y el polvo brotar de inmediato.

—No es la postura, es su mente. Esta tan llena de basura y miedo, que no lo deja actuar. Escucha niño, Becausse decía que todos poseían un poco de magia, que solo debías saber como canalizarla. Creo que es algo que Chan olvido decirte. —Dijo Felix mientras veía sus dedos, estos tenían unas llamas azules, que jugueteaban con la piel del rubio. —Deja de sobre pensar las cosas, deja de jugar a ser el miedoso que cree que todo esta sobre sus hombros. Si debes destruir a Dragonis, Si eres un hechicero y Si eres el elegido. Ahora debes entender una cosa niño, no puedes salvar a todos, y el precio de saber controlar el "poder supremo" a veces llevara a que lastimes a otros.

—Pero yo no quiero hacerlo. Todos aquí son buenas personas y...—Felix lo detuvo aventando el fuego que había creado con sus dedos directo a la otra columna que estaba puesta para el entrenamiento de Jeongin.

—Escucha, deja tu mente en blanco. Deja de preocuparte, si solo piensas en los sucesos futuros, que ni si quiera has intentado, no podrás salvarte ni a ti mismo, y no necesitamos a un elegido todo poderoso que todo el mundo debe proteger. —Felix camino hacia él y después miro a Chan. —Yo te entrenare, eres un asco para la magia, si tu cabecita no sabe estar en paz, jamás podrás destruir esas columnas.

Felix se giro a ver los escombros y con un movimiento de manos, las columnas volvieron a su lugar.

—Yo...Yo no te fallare Felix. —Dijo el muchacho. Felix alzo una ceja y simplemente le dio la espalda para salir.

—Mañana al amanecer. Llega a tiempo, no soy muy paciente como puedes ver.

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La mañana siguiente. Jeongin corrió por todas las escaleras para salir rápido hacia el área de entrenamiento. Donde el rubio los esperaba con brazos cruzados y con una mirada fría. Jeongin trago saliva y se coloco justo delante de él. Felix simplemente movió la cabeza para que le siguiera, y se detuvo al escuchar algo.

—Creo que dije que no quería fisgones en la clase. —Dijo el rubio girándose de manera rápida y aplaudiendo haciendo que uno de los arboles callera y entonces mostrara a Changbin y Chan.

—No puedo dejarte solo con él, odias a todo el mundo puedes matarlo. —Dijo Changbin rápidamente. Felix se sintió herido al escuchar aquellas palabras.

—¿matarlo? Se supone que él es quien viene a salvarnos de todo. ¿Por qué lo mataría? Además, ¿ me crees capaz de matar a alguien? —Dijo Felix llevándose una mano al pecho. Chan frunció el ceño y recordó aquella practica donde lo dejo inconsciente por tres días. —Me ofenden mucho, pero tienen razón, necesito sujetos de prueba para los ejemplos.

Ambos chicos abrieron los ojos y entonces fueron arrastrados por Felix hacia lo mas alto de la colina del pueblo. Chan y Changbin parecían arrepentirse de su visita inoportuna hacia el rubio y su clase. Mientras caminaban Felix pensaba que podría hacer para que el chico reaccionara de su ensoñación miedosa.

Cuando llegaron a la punta, Felix froto sus manos y las coloco en el piso creando entonces la estrella de cinco puntas, creando entonces la protección, en cuanto Felix entro esta se coloco de un fuego de color azul. Se giro para mirar a Jeongin. El cual estaba a lado de Changbin.

—La estrella te mantendrá a salvo, tanto a ti, como los que están a fuera. Tu miedo es lastimar por no saber controlarte, bueno esta estrella mantendrá todo dentro, tus hechizos no saldrán. —Hablo Felix mientras hacia un movimiento para que entrara. Jeongin dudándolo un poco camino hacia el rubio, este sonrió de lado y una vez que el chico estuvo adentro. Sonrió de lado y movió sus manos por el aire en un movimiento circular para acercarla a su pecho haciendo un triangulo.

Tres columnas se hicieron presentes, eran iguales a las que Chan había usado con él un día antes. Chan miro con atención cada movimiento de su amigo, no desconfiaba de él, pero sabia que podría ser un poco duro con el muchacho.

—Bien, es algo muy simple. Tu mente es tu mayor enemiga, todo lo que pienses puede jugarse en tu contra, cuando decretas, hechizas o formulas los conjuros, debes tener tu mente totalmente en blanco, y enfocarte en lo que quieres que suceda. De lo contrario tu mente puede llevarte la contraria y al hacerlo tu conjuro puede rebotarse lastimándote y lastimando a los demás. —Hablo Felix mientras estiraba su cuerpo. —El control y elasticidad en tu cuerpo es importante, el saber como se mueve tu cuerpo, como conseguir posiciones algo raras, puede ayudarte, ve esto como si fuera yoga.

—Oh, hacia yoga antes de ser...—Jeongin se encogió de hombros, cuando noto como había interrumpido a Felix, pero el rubio asintió.

—Bueno utiliza eso a tu favor. La yoga es buena, el manejo del cuerpo puede ser parte fundamental de tu conjuro. Ahora el elegido de saber que su alma esta conectada con todo ser viviente, desde la pequeña hormiga hasta la gigante montaña. —Hablo el rubio con una sonrisa ladina. El viento se movió en ese momento, haciendo que el pasto se moviera como una danza. Las hojas de los arboles se balanceaba suavemente, algunas hojas caían. Felix estiro su mano, cuando la ráfaga de viento paso justo a su lado, seguida de hojas caídas de arboles. Las movió como si una danza se tratara. Jeongin veía todo con grandes ojos y sonrió. —Pero estar conectado con todo esto, te hace poderoso. Y utilizar la madre naturaleza a tu favor es fundamente.

Con eso movió la ráfaga haciendo que uno de los muros se partiera a la mitad solo con la ráfaga de viento. Jeongin abrió los ojos y aplaudió ante aquello.

—¿entonces debo hacer? —Pregunto Jeongin con un poco de ingenuidad. Felix negó y rio al mismo tiempo.

—No, aun no sabes nada. Si intentas hacer una ráfaga solo conseguirás un tornado, por ahora utilizaremos la postura y que tu cuerpo este bien sostenido en el suelo. —Hablo Felix, mientras se colocaba con sus piernas abiertas, una mano colocada hacia adelante mientras que otra se mantenía pegada a su cuerpo. A su pecho para ser exacto. —Imita cada movimiento que hago. Antes de pensar en lo que harás, debes relajarte y encontrar ese lugar en blanco y seguro en tu mente, se que dirás que esto no funcionara en una pelea, pero por ahora necesito que practiques tu concentración, una vez que la tengas dominada, podrás hacer conjuros sin necesidad de prepararte.

—Felix, recuerda que es inexperto, no seas duro con él. —Grito Changbin. Felix suspiro, pero asintió hacia el joven. Se giro a mirar a Jeongin el cual había conseguido la posición. Felix sintió un poco de paz al ver que el muchacho no era del todo inútil.

—Respira profundamente, mantente con esa postura firme y recta. Y entonces Movere on —Susurro Felix mientras daba unos pasos hacia adelante, colocando la mano que estaba en el pecho hacia adelante y la que estaba adelante colocándose en su pecho, como si fuera un golpe de manera certera, el muro callo. —Ahora hazlo tu.

Jeongin inhalo profundamente, se concentro y abriendo los ojos soltó el aire.

Movere on...—Dijo imitando el movimiento de Felix. lamentablemente el muro no se movió ni un milímetro de su lugar. Felix alzo una ceja y froto su barbilla.

—Esto parecer ser algo de lo que hay quetrabajar más.

FELSUS ELECTIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora