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Felix frotaba nuevamente su cara, y veía a su estudiante. Había logrado mover el muro dos días atrás, pero ahora los hechizos un poco más avanzados, parecían no ser del todo fácil.

—Una vez mas Jeongin...—hablo Felix sintiendo cierta desesperación en el cuerpo. Jeongin podía ver como la cara del rubio parecía ya molesta.

—Felix enserio que lo intento, pero parece que mis manos no seden. —Dijo Jeongin con miedo. Felix miro el cielo, en busca de alguna señal, como si pensara que ahí descubriría alguna respuesta para saber como ensañar al gran elegido. Pero miro como las nubes se empezaban a aglomerar. Abrió los ojos levemente y regresando su vista miro el horizonte.

—Una tormenta...—Susurro Felix, mientras se acercaba al pasto y quitaba la estrella. Jeongin frunció el ceño.

—Es solo agua, seguro lloverá toda la noche. —Felix se giro a mirar al muchacho, el cual empezaba alzar sus cosas. Jeongin miro la cara seria del rubio.

—Este lugar esta alejado de la lluvia Jeongin, Becausse no dejaba que lloviera a menos que el sol estuviera abrazando la sequía. —Hablo Felix mientras se colocaba sus cuchillas en sus muslos. — En pocas palabras aquí no llueve a menos que nosotros lo pidamos. Es hora de irnos esto no huele nada bien.

Felix empezó adentrarse al bosque seguido del muchacho. Jeongin no entendía nada.

—¿Qué pasa entonces? ¿Por qué es tan grave la lluvia? —preguntaba Jeongin. Felix frunció el ceño. El elegido de Becausse sin respuestas, no le sorprendería viniendo de aquel viejo, pero por lo menos debía decirle un poco del mundo.

—No es la lluvia en si Jeongin, los oscuros traen consigo la lluvia. Que las nubes se aglomeren y sean tan grises como esas no son buenas señales, quiere decir que uno de ellos esta aquí. —Susurro Felix, un rayo cayo a lo lejos. Jeongin alzo la vista y miro como el viento empezó a moverse. —No sabes nada sobre los oscuros, saben empiezo a dudar sobre que seas el elegido.

—¿Qué? ¿Por qué? Llegue con la carta, tu me viste...—Dijo el muchacho, mientras empezaba a caminar detrás del rubio el cual estaba mas alerta que nunca, Jeongin podía ver incluso como sus ojos se volvían mas afilados.

—No sabes nada sobre los reinos, sabes lo básico que debes hacer en esta guerra, tu control en la magia es nulo, y pareces tener miedo de tu propio poder. —Dijo Felix, escucho una rama romperse detrás de él. Felix coloco al castaño detrás de él.

—Es normal para alguien que creció como humano, tu creciste aquí, es obvio que sabrás mas que yo. —Dijo Joengin con temblor en sus palabras. Felix soltó un suspiro.

—Odio estas profecías. Quieren que un chico que apenas tendrá unos meses de entrenado ataque a alguien que claramente lleva toda su vida practicando sus poderes, pero creen que por tener el poder del amor o la amistad lograran todo eso. —Dijo Felix mientras escucho unos caballos. Y de inmediato empujo a Jeongin a un tronco hueco, donde podían meterse. Jeongin frunció el ceño.

—Yo no creo que el poder del amor romperá esto, pero se que soy el elegido. —Felix rio bajo y se asomo por un agujero del tronco. No miro nada en ese momento.

—No te ofendas Jeongin, crecí con la tonta leyenda del elegido, el como salvaría a todos. Pero cada día que pasaba en esa academia lo único que quería era escapar de toda esa platica. —Decía Felix mientras miro un caballo negro pasar delante de ellos. Y entonces lo miro. Sonrió de lado. Miro a el gran caballero, hechicero. Hwang Hyunjin, como odiaba a ese sujeto, creía haber dejado en claro que no se acercara a la academia después de sacarle el ojo. —El elegido es un tema que me tiene harto.

Con eso salió despacio del lugar y le pidió a Jeongin guardar silencio. Despacio camino por el lugar y entonces los caballos se escucharon, Felix se movió rápido y atrapo a ambos corceles con el musgo que crecía en el suelo. Pero los caballos no tenían jinetes. Rápidamente se giro deteniendo los dardos que se dirigían hacia él.

—Pero si es el principito. —Dijo Hyunjin con sonrisa burlona. Felix le sonrió con dientes apretados y apunto los dardos hacia los nuevos visitantes, los cuales se hicieron a un lado.

—Creí que sacarte el ojo, era mas que suficiente para que te alejaras de aquí. —Dijo Felix mientras mantenía sus palamas arriba en símbolo de defensa. Hyunjin camino hacia él, Suengmin miraba toda la escena como un espectador. Y con sonrisa ladina miro a ambos chicos.

—Si aun recuerdo lo que dejaste en mi piel para siempre, creo que podría perdonarte si me entregas al elegido. —Hablo Hyunjin mientras se acercaba al muchacho, rápidamente paso sus manos para quitar aquella mascara y mostrar su rostro, la gran herida marcada en su lado derecho, el parche que protegía la cuenca vacía el cabello negro tomaba mechones rojos intenso. Felix sonrió de lado.

—Tu perdón me importa poco. El elegido no esta conmigo...—Dijo Felix mientras caminaba alrededor de Hyunjin y se colocaba alejado de aquel tronco hueco, no podía mantenerlos ahí, debía darle oportunidad a Jeongin de correr de regreso al castillo.

—Dime príncipe, ¿Qué se siente saber que pronto dejaras de ser el mas poderoso y listo? —Hablo Hyunjin mientras se acercaba a la mejilla derecha de Felix, el cual saco su cuchilla y apunto al pelinegro/pelirrojo.

—Creme es un alivio para mi, crecer con las tonta historia del elegido, creerlo un mito era un lujo para mi, pero ahora que llego solo calma mi sed. Ahora se que yo no soy quien debe pelear y sacrificarse por insignificantes humanos que creen tener el control del mundo. —Dijo Felix hacia el muchacho. Hyunjin sonrió de lado, el rubio era todo un enigma.

Seungmin podía ver la clase de atmosfera que se vivía con esos dos. Y sonrio ante la idea de creer que el gran pupilo de Dragonis, el temedio Hwang podía ablandarse levemente por aquel rubio.

—El elegido te ha quitado mas de lo que podía beneficiarte. ¿no te molesta eso? —Hyunjin saco de igual manera su navaja y empezó a jugar con ella en sus manos. —El poder, el puesto de ser el mejor, el gran pupilo de Becausse, y sobre todo a tu gran amor.

Las ultimas palabras fueron un susurro cerca del oído de Felix. mientras este le daba un gran empujo lanzándolo demasiado lejos. Seungmin abrió los ojos y se lanzo encima de Felix, el cual lo aventó de igual manera y se impulso para irse contra el mas alto.

—No sabes nada, deja de hablar...—Dijo Felix con furia, mientras empezaba a lanzar hechizos al azar. Hyunjin saltaba de un lado a otro. Seungmin no intento de nuevo atacar a Felix, sabia que lo podía lastimar si estaba así de enojado. Con eso coloco su mano en el cuello del mas alto y lo empujo hacia una roca. Hyunjin sonrió de lado, mirando algunos cabellos del rubio colocarse delante de sus ojos, los pequeños mechones cayendo detrás de su nuca. El rubio platino, lo albino que podía llegar a mostrarse aquel ser. —Ahora quiero que te vayas, dile a Dragonis que no me uniré a ella, y que la estaré esperando si intenta atacar a el elegido.

—¿Por qué esfuerzas por él? Príncipe, eres demasiado para estas personas, con la llegada del elegido solo veras como todos te darán la espalda. Yo jamás te la daré. —Susurro Hyunjin. Felix gruño y entonces miro como aquellos ojos grises se volvían de un rojo muy intenso. Hyunjin sabia en que momento desaparecer y obvio antes de irse dejo una pequeña marca en el rubio.

La daga se clavo en el estomago de Felix y antes de irse beso levemente su mejilla. Su sonrisa sínica y burlona lo hizo enojar, pero antes de seguir con todo. El pelinegro/pelirrojo desapareció junto con su acompañante.

Felix soltó el aire, y saco la navaja que se clavo en su estomago. El sonido de personas corriendo lo hizo girarse, la daga con ese gran dragón en la empuñadora. Apretó los dientes, odiaba a ese hombre con toda su fuerza.

Changbin llego con Chan junto con mas guardias.

—¿Estas bien? Estas sangrando...—Susurro Changbin. Felix sintió su corazón latir fuertemente al ver la preocupación en los ojos de Changbin, antes de contestar alguien grito.

—¡Encontramos al elegido! —Grito el guardia. Changbin se giro a mirar al hombre y soltó un suspiro.

—Me alegro que estén bien, Lee know te revisara. Chan llévalo con el sanador. —hablo Changbin. Y entonces Felix vio como se alejo de él. 

FELSUS ELECTIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora