Felix cada vez se sentía peor conforme avanzaba hacia aquel lugar, la culpa y la preocupación empezó a recorrer cada fibra de su cuerpo, cuando los arboles empezaban a verse frondosos y las nubes grises se aglomeraban como si fuera una tormenta sabia que estaban a punto de llegar, el Dragon rugió tan fuerte que hizo temblar a Felix.
Miro hacia el piso y entonces escucho una respuesta, los lobos aullaron en respuesta, los rugidos de las bestias y miro las hadas, las ninfas ir hacia donde era el castillo de Dragonis, miro como se veía un grupo grande de gente ir hacia aquel punto reunión.
El dragón aleteo para pararse justo encima del castillo, sabia que el dragón era lo suficientemente grande como para bajar el ala y tocara el pisto. Hyunjin miro como el dragón de Felix se hacia pequeño y volaba hacia otro lado, con eso deshizo su cinturón y se giro a mirar al rubio.
—Debemos bajar tu madre te ha esperado...—El rubio asintió y sin pensarlo quito su cinturón, olvidando que estaban en la punta de un castillo y que en cualquier momento podría caer. Hyunjin tomo su cintura al ver aquel movimiento y sonrió de lado. —Tranquilo principito, Tómalo con calma no estas curado al cien como para hacer movimientos bruscos.
Felix sintió como sus mejillas se calentaban y deseaba que estas no lo delataran, por primera vez en los cinco años que llevaba conociendo a Hyunjin no se molesto por su apodo, ni si quiera lo noto en ese momento.
Dragonis miro hacia al dragón y el como bajaban despacio por él. Sonrió de lado para girar y ver a su pueblo, a su gente y la forma en que nuevos rostros se acercaban con temor, miro como de inmediato una cara que si conocía se arrodillaba frente a ella, sonrió dulcemente y recibió su muestra como forma de promesa, se estaba arrodillando porque estaba dándole su lealtad.
—Mi señora he venido de la tierras de Becausse he cuidado a su hijo como me lo ha pedido y por eso le pido que me de lugar en sus tropas, protegeré y defenderé al verdadero elegido, cuidare con mi sangre y vida esta descendencia...—Hablo el hombre, Dragonis sonrió de lado y con sus dedos dio la bendición.
—Bienvenido a casa Lee Know...—Susurro la mujer y le sonrió para dejarlo levantar. Cuando Hyunjin y Felix estuvieron a su lado miro a su pueblo. —Mi gente, mi familia el verdadero elegido ha llegado, aquellos que han decidido seguirle deben jurar su lealtad no solo a mí, si no a su salvador, el verdadero elegido aquel que ha decidido manejar todo a su manera, mi hijo... El verdadero elegido o aquel que muchos llamaros Felsus electi...
Dragonis se giro y asintió al Dragon el cual rugió al cielo escupiendo una gran llama de color verde, dando iniciado la guerra, la verdadera guerra. Los elfos, las hadas, los animales, bestias y demás seres que llegaron estos nómadas se arrodillaron.
—Larga vida al elegido Felix...—Grito Hyunjin alzando su espada hacia el cielo, haciendo que varios "¡Viva!" se escuchara al unisonó. Felix miro la nada y después a su madre, la cual hizo una reverencia como si contestara su pregunta, Felix volvió a mirar hacia enfrente y colocando un pie atrás y ambas manos adelante se presento como el nuevo gobernante, Dragonis daba el paso a su hijo, sonrió al mirar al chico con tanta decisión.
—Bienvenidos a estas tierras, el castillo es su mayor fortaleza, aquí son libres de ser lo que Becausse tanto les prohibió, todo lo que decían que era maldad cuando en realidad era su esencia. Bienvenidos todas las bestias de paramos que no han hecho nada más que ser culpados de cosas que no afectaban a nadie, bienvenidas mis hermosas ninfas y hadas que han vivido con miedo de que algún ser de Luz las lastime solo por no hacer lo que les pidieron. Bienvenidos mis vampiros y hombres lobos que han tenido que vivir escondidos como si fueran hechiceros. —Dijo Dragonis mientras sonreía, Chan miro hacia los lados buscando a una persona y cuando le vio sonrió de lado. Seungmin estaba de brazos cruzados y solo veía a dos chicos revolotear a su alrededor.
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FELSUS ELECTI
Fanfiction-¿El moriría por ti? -Pregunto el pelinegro. Felix frunció el ceño y siguió con su mirada recta hacia enfrente. -Claro que si... -Solo escucho una risa ronca proveniente de su lado izquierdo. -Ese es el problema, ¿Por qué morir?, si puedo matar a...