𝙳𝚎𝚜𝚊𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘

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El despertador comenzó a sonar, y con murmullos de fastidio tomó su celular para apagarlo, estirando el brazo con desgana y frotándose los ojos con fuerza, como si quisiera borrar el cansancio

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El despertador comenzó a sonar, y con murmullos de fastidio tomó su celular para apagarlo, estirando el brazo con desgana y frotándose los ojos con fuerza, como si quisiera borrar el cansancio.

Apenas habían pasado dos semanas desde el inicio de las clases y ya no quería ir más. Law suspiró frustrado y se levantó de una vez por todas para dirigirse al baño, arrastrando los pies, como si cada paso fuera una batalla contra la mañana.

Después de ducharse, se vistió y bajó las escaleras, encontrándose con Cora-san. Le dirigió una mirada somnolienta y se acercó a la mesa —¿Ya te vas? —preguntó al ver que se encontraba listo.

—Sí —suspiró y apoyó la cabeza sobre la mesa con un suave golpecito—. Tengo sueño —se quejó en voz baja.

—Ya somos dos —respondió, dándole una mordida a sus tostadas.

Mientras Law comía, Rosinante descansaba, creando un silencio acogedor, hasta que vio la hora.

—Cora, ya tienes que irte o llegarás tarde —informó con tono serio.

Rosinante alzó la mirada y soltó un suspiro frustrado—. Odio este horario —dijo, apretando los labios antes de levantarse de un salto y tomar las llaves de su auto.

—Podrías cambiarlo —sugirió encogiéndose de hombros.

—No, prefiero aguantar el sueño para poder tener tiempo de calidad con mi hijo —le despeinó el cabello con cariño antes de dirigirse a la puerta—. Nos vemos en la tarde —se despidió con un gesto de mano antes de salir apresuradamente.

Law se sumergió en el silencio del hogar. Tras terminar su desayuno, fue a la cocina a lavar los trastes, tarareando una melodía suave mientras lo hacía.

Luego, simplemente se sentó en el sofá a esperar la hora de salir, su cuerpo relajado pero alerta.

Estaba a punto de cerrar los ojos para descansar cuando, de repente, su celular comenzó a sonar, rompiendo la serenidad del momento.

Frunció el ceño al ver quién llamaba—. ¿Qué quieres? —dijo con tono cortante, apretando la mandíbula con irritación.

¿Ya vas a salir de tu casa? —la voz al otro lado sonaba apurada.

Miró rápidamente el reloj y se levantó de un salto, buscando su mochila—. Justo voy a salir.

Mierda —se escuchó frustrado—. Me quedé dormido.

Law suspiró con resignación—. ¿Qué importa? No sueles llegar temprano.

Lo sé, pero quiero hablar con Killer —la urgencia en la voz de Kid era palpable.

Rodó los ojos con exasperación—. Para luego ignorarlo en los recesos —murmuró entre dientes mientras buscaba sus llaves.

Ya te lo dije, es porque Akagami me tiene dando vueltas, es un explotador —se quejó con indignación.

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