𝚂𝚞𝚜𝚞𝚛𝚛𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝙽𝚘𝚌𝚑𝚎

48 11 5
                                    

Law subió las escaleras con calma, deteniéndose brevemente ante la puerta de su habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Law subió las escaleras con calma, deteniéndose brevemente ante la puerta de su habitación. Colocó la mano en el pomo y soltó un suspiro.

Al abrir, encontró a Kiku concentrada en desmaquillar a Kid, quien solo esperaba a que terminara.

Sonrió. —Bien, Cora-san aceptó —dijo, cerrando la puerta—. Ya pedí las pizzas, así que más te vale empezar a contarnos cómo te fue, Eustass-ya. —Caminó hacia su escritorio y se dejó caer en la silla giratoria.

Kiku asintió con entusiasmo. —Sí, y no omitas ningún detalle —dijo, terminando de quitarle el maquillaje.

Kid se encogió de hombros, intentando aparentar indiferencia. —Todo fue bien, nos divertimos mucho —respondió en tono monótono, evitando el contacto visual.

Law y Kiku intercambiaron una mirada antes de volver su atención al pelirrojo. Esa respuesta no les bastaba.

—Sí, claro —replicó Law con escepticismo.

—No te creemos nada —añadió Kiku, riendo suavemente—. Cuando llegaste, parecías caminar sobre una nube.

Kid soltó un bufido y rodó los ojos con frustración. Se dejó caer en la cama, mirando al techo con expresión resignada. Después de un largo suspiro, decidió sincerarse.

—Está bien, fue increíble —admitió finalmente, mientras sus amigos sonreían con satisfacción.

Law cruzó los brazos y se inclinó hacia adelante, curioso. —¿Y al final tu plan funcionó? —preguntó intrigado.

Kid soltó una risa burlona, más dirigida a sí mismo que a sus amigos. Se sentó de nuevo, apoyando los codos en las rodillas.

—Eso no sirvió para nada —confesó con una sonrisa irónica—. Killer terminó llevándome a donde quiso.

Kiku dejó escapar un chillido de emoción. —¡Ya basta de misterio! —exclamó, dándole un ligero golpe en el hombro—. Cuéntanos de una vez cómo fueron las cosas.

Kid, ante el entusiasmo de sus amigos, sonrió rendido. No había manera de salir de esa sin dar detalles.

—Para empezar, fui amenazado... por la mamá de Killer.

Kiku hizo un puchero y, sin decir una palabra, se levantó de la cama. Caminó hacia su mochila, rebuscó en ella hasta sacar un billete de un dólar, que le entregó a Law, quien lo recibió con una expresión de triunfo.

—Gracias —dijo con una sonrisa burlona.

Kid, observando la escena sorprendido, tardó unos segundos en procesar lo que acababa de pasar.

—Esperen... ¿Apostaron a que mi plan no funcionaría? —preguntó incrédulo.

Kiku rodó los ojos. —No, genio —respondió indiferente—. Apostamos a que recibirías algún tipo de amenaza por parte de la mamá de Killer.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora