Cita

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"Si alguna vez Charles... ¿qué?"
Se preguntaba Charles metido en el pequeño cuarto de baño de David mientras esperaba a que Erik saliera de su dormitorio para no tener que encontrarse con él.

¿Si alguna vez Charles descubría que su marido lo engañaba con otro hombre? Bueno, Charles ya lo había descubierto.

¿Si alguna vez Charles decidía crecer? Se dijo cínicamente y se miró al espejo con cierto sobresalto, porque era casi como mirar a otra persona.

"Mírate" se dijo. "Escondiéndote aquí cuando ni siquiera tienes que usar el baño; Erik te va a invitar a cenar, pero sólo porque se siente culpable. Y además, espera salir con la persona que acaba de conocer, la misma que te mira desde el espejo, pero esa persona no es más que una ilusión. Un disfraz bajo el cual el verdadero Charles está tratando de ocultarse."

Oyó que se cerraba una puerta y luego el andar característico de Erik que bajaba las escaleras. Charles dio un profundo suspiro, miró de reojo a su reflejo en el espejo y salió de su escondite. En el brazo llevaba uno de los trajes que se había comprado y lo colgó en la puerta del guardarropa, luego se alejó unos pasos, preguntándose si se atrevería a ponérselo o no.

Era un traje muy elegante, que resaltaba aún más su figura. La dependienta se había dado cuenta de su desconcierto al ver cuánto marcaba su cuerpo y había ido a buscar una chaqueta de terciopelo negra con mangas y que marcaba todo su torso.

¿Iba a ponérselo o no? Se preguntó reflexivamente. ¿O se ponía aquel traje negro que llevaba normalmente cuando salía con Erik?

Wanda entró apresuradamente en la habitación, sonrojada y oliendo a talco. Se acercó a Charles y abrió mucho los ojos al ver su traje nuevo.

—¿Te lo vas a poner papi? -preguntó con dulzura.

—No lo sé cariño -respondió Charles con incertidumbre- Puede que... lo mejor sea ponerme mi traje negro ... –dijo extendiendo el brazo para sacarlo del armario. La niña la detuvo.

—¡Pero no puedes ponerte eso! -exclamó con horror- Ese traje negro es muy aburrido -dijo la niña.

"Aburrido" se repitió Charles. Era una palabra con la que estaba muy familiarizado las últimas semanas.

—Bueno, entonces, me pondré el nuevo -dijo. Si el viejo Charles era aburrido, el nuevo estaba decidido a no serlo.— Ve a ayudar a la abuela mientras yo me visto. Se agachó y le dio un beso en la mejilla, Wanda salió corriendo de la habitación y a Charles le dio la impresión de que estaba impaciente por ayudar a su abuela, orgullosa de colaborar a que sus padres pudieran salir.

Se vistió y bajó. Sus hijos y su suegra que estaban cenando en la cocina, se quedaron boquiabiertos. Había llegado el momento de saber la opinión del verdadero experto, pensó deteniéndose antes de entrar en el salón.

Erik estaba usando un elegante esmoquin negro con corbata de lazo que remarcaba sus rasgos alemanes, se veía dolorosamente guapo. Pero se trataba de algo más que el elegante corte del traje, era el hombre que lo llevaba el que marcaba la diferencia. Tenía un aire de madurez y sofisticación que parecía aumentar el innato atractivo que siempre había tenido.

Estaba junto al mueble bar, sirviéndose un tónico y no se había dado cuenta de su presencia. Charles se alegró porque así tenía tiempo de calmar el efecto que tenía sobre sus sentidos. Llevaba su cabello castaño tan informal como siempre, ni muy corto ni muy largo, con un peinado ni moderno ni anticuado. Y eso decía mucho de su carácter. Erik siempre dejaba huella en la gente porque no era ni muy convencional ni demasiado extravagante. Era un hombre con una gran confianza en sí mismo, pero que mantenía en el misterio una parte de su personalidad, lo que le hacía aún más atractivo.

Un Marido Infiel - CherikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora