LUCIFER II

Capítulo 6

A los 30 votos subo el próximo cap!

gracias por la espera, les amo ♡

Son las siete de la tarde y voy entrando a la mansión.

Llego a la cocina y tomo un trozo de kuchen de manzana, lo saboreo hasta el tercer mordisco, pero de pronto escucho un quejido que me rompe la burbuja.

Las mujeres del servicio comienzan a correr de allá para acá y presiento que esto solo puede significar una cosa.

Corro escaleras arriba y entro al cuarto de Hadara.

-¡Aurora! – grita desesperada la pelirroja y yo la tomo entre mis brazos.

-Llego el momento, respira y no olvides que en ningún momento te dejaré sola, ¿bien?

Asiente con lágrimas en sus mejillas.

-¿Está listo el vehículo? –

-Todo listo mi Señora. – me responde la guardia.

Salimos de la casa y yo ordeno que llamen a Román para que nos encontremos en la clínica.

-¿Y si no llegamos a tiempo? – balbucea Hadara con mucho nerviosismo.

-Vamos a llegar con tiempo de sobra, tanto así que yo voy a dejar el trago antes del parto.

Mi mejor amiga sonríe y al segundo después se queja.

Le pregunto a la doctora que va de copiloto cada cuánto tiempo le han dado contracciones y me da una hoja donde ha anotado todo desde que rompió fuente.

Veo las luces de la clínica y salimos del auto apenas éste se detiene.

Los doctores están todos en su respectiva posición y en un abrir y cerrar de ojos Hadara ya esta siendo trasladada a pabellón.

No suelto su mano ni por un segundo y a su otro extremo está Román tomando la otra mano de su esposa.

Nos ponemos nuestros trajes antes de que comience la cirugía, gracias a todos los santos que no fue necesario el goteo y me alivia escuchar del doctor que el bebé esta en perfecta posición y se encuentra ansioso por salir.

Entre menos nos demoremos, mejor.

Hadara mira a Román y veo como este otro esta pálido.

-Te desmayas y aquí mismo hago que te corten la polla con el bisturí. – lo amenazo y al asiente.

Asiente... antes de desmayarse.

-¡¿Será cabrón?! – vocifero y la pelirroja me mira con pavor.

-Aurora...

-Nunca hemos necesitado a un hombre para hacer las cosas, estoy contigo, ¿sí?

-Sí. – susurra un poco insegura, pero luego el medico nos interrumpe.

-De acuerdo señora Moretti, es momento de que comience a pujar.

Traga saliva y yo aprieto su mano para hacerle saber que todo estará bien y que pase lo que pase no pienso moverme de su lado.

-Vamos, puje.

Y así comienza el trabajo de parto de mi mejor amiga.

Veo como suda y se desgarra la garganta gritando de dolor.

Su pecho sube y baja irregular, mientras que mira el techo arrepentida de embarazarse.

-Una vez más y ya. – asegura el médico y Hadara niega.