LUCIFER II

Capítulo 9

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-Franco tenía una cantidad exorbitante de enemigos

-Los padres de Raga no son la excepción, al cumplir dos años, hubo un terrible tiroteo el cual dejo sin vida a los padres de Raga, los biológicos.

- ¿Sabes de cómo se conocían los difuntos de esa mujer y Franco?

-Sí, eran compradores compulsivos, pero de droga. Además de ser familia directa de políticos de excelencia ante la multitud.

-Entonces Raga pasó a ser carga de esos políticos.

-Exacto. - afirma mi hermana mayor con un cigarrillo en la boca.

Me río al sobre pensar la situación y entender que ya pocas cosas me podrían sorprendes.

¿Quién más quiere aparecer?

¿Un muerto?

No te jode.

Hoy en la noche hay una reunión con gente de peso, que tiene problemas con Raga. Es un baile, para que se sientan bien tratados y suelten la lengua. - vocifera Romina.

-De acuerdo, iré a casa.

-El medico dijo que las evaluaciones podrán ser de dos a tres veces por semana, pero estas lista para irte a tu camita.

-Genial.

Amanda se levanta y la freno, antes de que se vaya.

-Estas, por su puesto, cordialmente invitada a mi casa.

-Muchas gracias, ahí estaré. Señora Grecco.

Sonrío sin mostrar mis dientes y luego de que se aleja por el pasillo, miro a Romina.

-Me la investigas de pies a cabeza.

-Roman ya tiene listo eso. En tu correo podrás encontrar lo que has pedido.

-Gracias Romina, ahora iré a casa sola. Puedes descansar.

-Le pediré a John que te lleve.

-Nos vemos.

Me arreglo para volver y de vuelta a casa me siento un poco asustada, pero con ansias de ver a Dubán.

Luego de un rato, me bajo del vehículo y entro a mi mansión con paz y tranquilidad.

-Buenas tardes, Aurora. - saluda Dubán desde la falda de la escalera.

-Hola cariño. - beso sus labios y antes de que pueda decir algo, corro a la cocina.

Busco en los cajones y encuentro un brownie de chocolate que entierro inapropiadamente en mi boca y lo hago desaparecer en menos de 3 segundos.

-Hoy se hará una fiesta. - susurra Dubán.

- ¿Tienes ropa adecuada? - consulto.

Él niega, con vergüenza.

-Quería hablar contigo para excusarme de mi inasistencia.

-No digas mierdas. Vas a ir, solo ocupa mi tarjeta con un traje elegan...

-Prefiero morir antes que aceptar algo así.

Saco mi pistola desde la parte baja de mi espalda, apunto a su frente y segundos antes de disparar, muevo mi mano y reviento una ventana, la cual se situaba atrás de él.

-No desees la muerte con dicha decisión, que uno toca y toca el timbre, y tarde o temprano saldrán a responder.

Meto mi tarjeta en su bolsillo y me largo a mi cuarto.