Capitulo 8

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Llegando a los  50 votos podrán esperar el próximo cap!

Observo a Dubán mientras Deméter me reprocha, esto viene ocurriendo hace cuarenta minutos aproximadamente y sólo puedo observarlo.

-... y es la última vez que sales sin tus guardias, porque si bien puedes ser lo que se te ocurra, no eres invencible Aurora, y la otra vez te dije, te lo he dicho hasta cansarme que no te hagas la valiente, mucho menos estando sola con tu prima, y además de eso.... - cierro los ojos e intento irme a lo profundo de mi mente.

Respira Aurora.

-Yo creo Aurora debe estar tranquila y en paz con su recuperación tía.

Mi mamá mira a Romina con enojo y preocupación.

-Aún no acabo. - puntualiza.

Sus ojos me dan una señal, una clara señal que aprendí a captar después de estar dos años con ella.

-Necesito que me dejen sola con Deméter.

Todos se van de inmediato y cuando voy a emitir palabra, ella se va hacia la puerta y la abre.

Abro mis ojos como platos cuando diviso al dúo.

-Mamá.

-Yo me hago la tonta, pero no lo soy. Y tampoco te negaré el derecho ni me molestaría porque anheles ver a tu madre biológica, entiendo a la perfección que yo te crie y yo soy tu mamá, pero ella en parte también lo es, te dio a luz y no fue decisión de Mónica dejar de otra mujer cubriera su papel.

Pestañeo y no sé cuál es la mejor manera de actuar frente a esta situación.

-Hola Aurora, ¿cómo estás? - susurra asustada Mónica.

-Espero que no te moleste que te tutee, pensé que sería todo más rápido si no había formalidades. -comenta mi madre.

Niego y le sonrío a la hermosa mujer que tengo frente a mí.

-Mónica, la verdad no tan bien, pero se me fueron hasta los dolores. - me río nerviosa y ellas me imitan.

-Me puedo imaginar.

-Voy por un café, Moni, ¿quieres uno?

-Sería maravilloso Deméter.

Sale del cuarto y me quedo a solas con la mujer que me dio a luz.

-Aunque estas golpeada, te ves hermosa Aurora. Eres realmente divina.

-Gracias Mónica.

Pienso en Dubán y lo que pasó en la fiesta.

No sé cuánto tiempo me quedo así, pero despierto del pequeño trance cuando escucho que mi madre ha vuelto.

-¿Quieres descansar mi amor? Nosotras te podremos esperar en la casa.

Asiento y ellas antes de irse del cuarto, se despiden.

Entra Dubán poco tiempo después y antes de que diga algo, lo freno.

- Espérame en la casa, no tengo tiempo ni ganas de saber nada ahora, solo quiero descansar.

Menea su cabeza afirmando, y antes de que salga, se acerca.

Se siente bien, en parte, su aroma.

Cuando se agacha a darme un beso en la mejilla.

Yo ladeo la cara y beso sus labios.

Percibo sorpresa y al mismo tiempo anhelo.

Al mismo tiempo ponemos nuestras manos en la nuca del otro y comenzamos un camino desde un inocente beso a algo más.

LUCIFER IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora