Capítulo 4

1K 144 5
                                    


A los 20 votos subo el próximo cap!

-Aurora. – abro los ojos y quedo mirando todo muy desorientada.

Bostezo y me refriego los ojos.

-¿Te pido el desayuno? – pregunta Hadara mientras acaricia su barriga.

Asiento, adolorida.

Perdí la noción del tiempo y de un momento a otro me quedé dormida en mi silla de la oficina.

Me levanto y jadeo de dolor de espalda y cuello.

-¿Qué hora es? – le pregunto a la pelirroja y al dar un paso jadeo nuevamente por el dolor del muslo, donde me cosieron puntos gracias al vidrio de la otra noche.

-Son las diez y media.

-¡Tan tarde! Pásame el teléfono para llamar a Romina.

-Pero Aurora...

-No puedo desayunar, debo salir lo antes posible y...

-¡Aurora! – grita Hadara y quedo quieta.

Suspira y niega.

-Por favor quédate hoy en casa.

-Pero mi trabajo...

-Por favor... – pone ojitos y yo soy incapaz de decirle que no.

-Mmm, no sé si sea lo adecuado.

-Hoy Román debe hacer trámites, y no quiero estar sola, siento que... me siento insegura cuando...

Mi amiga comienza a llorar y yo llego hasta ella para abrazarla.

-Perdón. – le susurro mientras me rodea con fuerza y se desahoga en mi hombro.

-No, yo te entiendo, entiendo cómo te sientes y por lo que pasas.

Asiento, mientras recuerdo cuando nos dieron la noticia de que Román había muerto en el avión.

-Y, aunque mi marido está conmigo, fue después de muchos años, donde yo agonizaba de dolor por su... muerte.

Frunzo el labio, pues no quiero seguir con el tema.

Justo cuando iba a hablar, una chica del servicio interrumpe.

-Señora Moretti, tiene visita.

Alzo mis cejas y Hadara se sorprende.

-¿Quién?

-La señorita Hanne y la señora Ricci.

Ruedo los ojos y mi amiga se ríe.

Lamentablemente su hermana y su madre no son mis personas favoritas.

-Te salvaste, pero solo por hoy. – me apunta con el dedo mi amiga y yo sonrío sin gracia.

-Me voy antes de que el par de brujas me quemen con la mirada.

-¡No seas así! – vuelve a reír y yo me escapo por el ascensor a mi cuarto.

Llego a mi habitación y llamo a Román.

-¿Pasó algo?

-Llegó tu suegrita y tu cuñada.

Escucho como del otro lado de la línea mi mejor amigo suelta garabatos.

-¿Para eso me llamas?

-Sí, y para saber qué estás haciendo.

-Vine donde Eva.

Dejo de caminar hacia el baño y me siento en la cama.

-¿Encontraste algo?

LUCIFER IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora