Enfoque - Charles Leclerc

diecinueve

Es difícil de explicar, pero cada vez que sueño con Tiziana, aunque su cara esté borrosa para mí, sé que se trata de ella. Se me haría más fácil poder reconocerla, poder saber sus gestos y sus facciones para así poder imaginarla con más detalle, pero también me gusta saber que hasta en mi inconsciente hay una parte tatuada con su nombre

Solo puedo reconocer sus dedos flacos y largos recorrer mi cabello, sus piernas eternas cruzadas con las mías, enredadas en las sábanas blancas de mi cama, cuando el sol entra por la ventana y nos pega suavemente en la piel

Siempre me imaginé que su perfume es dulce, así que inhalo lentamente para llenar mi nariz de su olor, besando su mejilla y deteniéndome ahí por un tiempo

Todo es paz y armonía, hasta que siento el timbre de mi casa sonar varias veces

Abro mis ojos, mareado, y caigo en cuenta que estoy acostado en el sofá de la sala. Me he quedado dormido allí después estar viendo una serie en la televisión anoche, y no sé qué hora es, pero a juzgar por el cielo y el sol, he dormido más de lo que debería

Al sonido engorroso del timbre se suman unos golpes a la madera de la puerta. Seguramente sea mi madre, y como odia que la hagan esperar mucho, camino rápidamente lo que me queda hacia la entrada de mi casa

Oh, no era mi madre

Debí haberme puesto una camiseta

Mi vecina está apoyada en el marco de la puerta, con el celular apoyado en el oído, suspira cuando me ve parado frente a ella

-Aquí está, ya abrió- habla sonriente, mirando hacia arriba- No pasa nada...adiós

La sonrisa se le borra cuando me vuelve a mirar

-Tu mamá te llamó unas veinte veces, pensó que estabas muerto- dice y alzo mis cejas- Me mandó a mí para comprobar que no lo estés, así que gracias por no morir o me hubiera quedado traumada

-¿Conoces a mi madre?- pregunto desorientado

-Al parecer si- asiente- Y ya está llegando, así que prepárate para morir

-Se me debe de haber apagado el celular, ¿Qué hora es?

-Las dos del mediodía, bello durmiente- contesta y froto mis ojos- Mencionó algo del regalo de Lorenzo...

Abro mis ojos de par en par

Habíamos acordado de ir juntos a comprar el regalo de cumpleaños de mi hermano esta mañana

-Mierda, me va a matar- murmuro y Alessia asiente

-Si, si lo hará- dice bajito- No la culpo

Levanto mis cejas con ofensa y encoge sus hombros

-Bueno...en fin, mucha suerte- se despide, caminando unos pasos hacia su apartamento

-Espera- digo y voltea su cabeza

Hago un ademán con mi dedo índice y vuelve hacia mí

-¿Qué?

-¿Eres de aquí?

-¿No parezco de aquí?- sonríe burlesca- Si, lo soy, ¿Por qué?

-Eres de Mónaco, conoces a mi madre, llevas un hoodie de Ferrari...¿Y aún no sabes quien soy?

Larga una risa seca, negando con su cabeza

-¿Tanto te dolió que no te conozca?

Cruzo mis brazos, con la mirada fija en ella

-No me dolió, me pareció extraño

-Tu mamá nunca mencionó que fueras famoso, y el hoodie es de mi hermano, como te he dicho

-Aún así eres de Mónaco, es extraño que no me conozcas- excuso

-En Internet no dice que eres tan egocéntrico- comenta, cruzando sus pies

-¿Me buscaste en Internet?- sonrío un poco al ver que sus mejillas se tornan solo un poco coloradas

-Si, eres el compañero de Sainz, ¿No?

El compañero de Sainz

Aprieto la lengua contra el paladar y sonríe satisfecha

-Charles Leclerc- corrijo- Campeón del mundo

-Mmh- asiente, restándole importancia

-¿Es poco para ti?

-No, pero tampoco tengo que arrodillarme frente a ti porque seas campeón, ¿O si?

Eso de arrodillarse no molestaría para nada

Mis ojos se van instintivamente hacia sus muslos, y suben hasta encontrarse con una falda roja que le llega hasta varios dedos por arriba de sus rodillas

-¿Qué tanto ves?

Subo mis ojos hacia Alessia, y me llevo una pequeña sorpresa al notar que baja los de ella hacia mi torso desnudo

-¿Y tú qué estás viendo?

Nuestras miradas chocan por unos ínfimos segundos, hasta que la puerta del elevador se abre y mi madre aparece entre nosotros casi corriendo

-¡Alessia, querida!- exclama al verla y la abraza- Muchas gracias, lamento haberte molestado

-Está todo bien- sonríe, y me mira- ¿O no?

Sonrío un poco hasta que encuentro los ojos matadores de mi mamá en mí

-Charles Marc Hervé Perceval Leclerc- dice ella y Alessia tapa su boca para no reír- ¿Qué haces desnudo?

-Mamá...

-¿Así te recibió, Alessia?

-Mejor los dejo solos- responde ella, divertida, y saluda a mi mamá

Alza su mano hacia mi antes de darse la vuelta e irse

Miro a mi madre nuevamente

Ojalá me tenga piedad