treinta y tres

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Que dilema loco y brillante el cuerpo, que controla la mente aunque debería ser al revés. Como esos días en los que inevitablemente sabes que algo importante va a pasar, y todo tu cuerpo se revuelve en una acción involuntaria

Hoy es uno de esos días

Traté de aliviar los pensamientos, traté de estar tranquila y estar pendiente de alguna otra cosa, pero la panza me da vueltas como una calesita tortuosa e interminable. El latido de mi corazón, fuerte y ruidoso, me estalla los oídos cada vez que caigo nuevamente en ese pensamiento

Hoy lo veía a él, hoy veía a Charles

Hoy Charles veía a Tiziana

Cierro mis ojos con fuerza y sacudo mi cabeza, como si pudiera despegarme de aquel evento en mi calendario mental que tenía fecha está noche. Me pierdo en las guitarras que suenan suaves en los audífonos, y decido a arrodillarme frente a las plantas de mi balcón; es un día medio nublado, el sol casi no llega a ellas, y me dedico a regarlas con delicadeza

-Don't call me "kid", don't call me "baby"...- canto casi inaudiblemente- Look at this godforsaken mess that you made me...

Y justo cuando finalmente estaba distraída y enfocada en mi trabajo, siento un par de ojos sobre mí

Charles ríe cuando volteo a verlo, con sus ojos verdes achinados y sus hoyuelos tan bonitos. Tiene una manzana mordida en la mano, y el pelo desprolijo, incluso puedo ver una gota cayendo de ahí; y a juzgar por su fachada desalineada, probablemente recién haya vuelto de entrenar

-¿Sabes? A veces me das mucho miedo- murmuro sacándome los audífonos, algo incómoda

-Y a mi ternura, pareces un panda asustado- bromea, aún riendo

Apoya sus brazos en la baranda de metal que nos separa, acercándose a mí

-¿Un panda? Vaya, gracias

-De nada, ese ya es el segundo halago que agradeces- señala, y luego le da una mordida a la manzana

-¿Parecer un panda asustado es un halago?

-Claro que sí

-Bueno, me seguiré asustando si me sigues espiando como un psicótico- contesto

Charles vuelve a reír, con una alegría que se refleja en sus ojos con una chispa de luz

-Te encuentras muy alegre hoy- murmuro viendo las plantas

-¿Por qué lo dices como si fuera horrible? ¿Mi felicidad te molesta?- cuestiona con un tono divertido en la voz

-Para nada, rayito de sol- respondo irónica, él vuelve a reír

-Estoy muy contento- admite, con una sonrisa grande en el rostro- Deberías contagiarte de mi felicidad

-Te agradezco el consejo

-¿No vas a preguntarme por qué estoy contento?

Trago fuerte, y lo miro de reojo

-¿Debería?

-Deberías, pero yo te lo diré, ¡Es un gran día, Alessia!- exclama sonriente

Le regalo una sonrisa falsa cuando se dirige hacia dentro de su casa, y suspiro con cansancio

Esto está muy mal

Enfoque - Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora