cincuenta

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Cuando abro la puerta de mi habitación, su ceño se frunce

Está sentado en mi cama, con la cámara entre sus manos, e incluso pude ver su rodilla moverse con rapidez dejando a descubierto su impaciencia

Tengo mi cuerpo envuelto en una toalla, que agarré de mi baño justo después de ponerme el conjunto rojo de lencería, el que él me regaló. Seguramente, rompí su ilusión de verme entrar con el bordado rojo cubriendo apenas mi piel, y ahora su perfecto rostro luce como el de un perro rabioso

Comienza a quejarse, pero soy más rápida y lo interrumpo alzando mi dedo índice

-Quiero que sepas que no es fácil ésto

-No me digas que tienes vergüenza- dice, con una risa seca

-¿Son necesarias las fotos?- pregunto con nerviosismo, mirando la cámara entre sus manos

-Me has mandado varias, ¿Cuál es el problema?

-No las tomabas tú

Sus ojos verdes opacos se quedan intactos sobre los míos, y el contacto arde tanto que mi mirada se dispara a un punto lejano de mi habitación; en ese momento, pienso en cuantas veces he tomado fotos para Charles dentro de estas cuatro paredes

Sin imaginar que pronto sería él el que las quisiera tomar, justo en este mismo lugar

-¿Sabes cuantas veces me he tocado viendo tus fotos, Tiziana?

No logro descifrar si son sus palabras o su manera de llamarme la que me corta la respiración

-No tienes idea de cuantas fueron las veces que desee tenerte aquí conmigo, tocarte, pasar la pantalla y meterme junto a ti en cualquier imágen

Mi respiración es vergonzosamente ruidosa, pero su tono ronco me deja pensar en que no le molesta en lo más mínimo...

Mientras me saque esta toalla en cuestión de segundos

Señala con sus ojos el espacio entre sus piernas abiertas, y acorto nuestra distancia caminando hacia allí

Su cabeza queda a la altura de mi abdomen, por lo que tiene que subir sus ojos para poder mirarme; y se ve tan malditamente bien cuando lo hace, sobre todo con esa fachada de niño bueno que aparentamente ha perdido esta noche

-Vamos, se buena conmigo

Todo mi cuerpo se estremece cuando siento sus dedos tocar la parte externa de mi muslo, por debajo de la toalla, y se me escapa un suspiro por el cariño y la lentitud con lo que lo hace

-¿Querías mi perdón? Entonces sácate eso- susurra, frenando sus caricias

Cegada completamente por su mirada y con el corazón a tope, dejo caer la toalla al suelo

Parece que su baba podría caer en cualquier momento desde sus labios entreabiertos

Sus ojos recorren mi cuerpo con lentitud y mi mirada nuevamente se va a cualquier punto de esta habitación, con total vergüenza

-Te queda fantástico- susurra, pasando un dedo por mi muslo

Me erizo con su tacto, y una pequeña sonrisa se asoma en su rostro antes de posar sus labios húmedos en mi abdomen desnudo

Deja besos suaves y dulces que me hacen suspirar en una línea imaginaria, hasta llegar al borde de la tela roja del sostén que apenas tapa mis pechos

Se levanta de la cama con la cámara en la mano, se detiene para observarme por un momento para luego arreglar mi cabello que cae en los hombros

-Súbete a la cama- pide

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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