nueve

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Canto bajito una canción de Taylor Swift que merodea por mi cabeza ni bien desperté. El timbre de mi casa acaba de sonar, y estoy terminando de ponerme el zapato para ir a abrir, cuando vuelve a sonar

¿Es que acaso no tienen paciencia?

-¡Voy!- exclamo y troto de mi habitación hacia el living- Bue...

Mi saludo queda a la mitad cuando lo veo frente a mi, apoyando su costado en el marco de la puerta. Los ojos verdes opacos de Charles me miran con una pizca de diversión; seguramente mi cara desencajada le debe de dar gracia, porque lo último que esperaba en la vida era tenerlo aquí en mi casa

Intento hablar, pero claramente es inútil, de mi boca solo salen murmullos inentendibles, el shock me sigue teniendo de rehén. Sus comisuras se levantan lentamente en una sonrisa, y una risa se le escapa de la boca, antes de dar un paso hacia mi

Yo retrocedo, sonrojada de los pies a la cabeza, pero eso lo hace sonreír más. Sigue dando pasos lentos hasta entrar, y luego cierra la puerta detrás de él

-¿Qué haces aquí?- es lo único que puedo decir

Me sobresalto al sentir su mano firme en mi cintura, y mis piernas no responden al notar como me acerca hacia dónde se encuentra. Es tan impredecible su movimiento que tan solo se trata de un paso y medio para chocar pecho con pecho, pero tan notable para mi corazón amenaza con explotar en cualquier momento

-¿Cómo...?

-¿Cómo te encontré?- pregunta con una voz media ronca que me afloja las piernas- Era inevitable, Tizi...es inevitable- corrige

Me gira del eje en un segundo y vuelve a avanzar conmigo hasta dejar mi espalda apoyada sobre la puerta. Debe de sentir mi respiración agitada en su cuello, a lo mejor es por eso que sonríe y atrapa su labio inferior entre dientes

Lucho con no bajar mis ojos hacia su boca, así que miro hacia arriba. Charles ríe bajito, y una punzada en el vientre me doblega ante él, cuando su mano enrieda mi cabello desde mi nuca

-¿Por qué no me miras?- pregunta y besa mi mejilla muy lento

Dios, me va a matar

-Porque voy a besarte- respondo en un hilo de voz

Otro beso cae en mi rostro junto a su respiración cálida, esta vez, en la comisura de mi boca

Y esta vez no puedo no bajar mi vista y observar sus labios rosados casi chocando los míos

-¿Y no es eso lo que quieres? Yo si quiero besarte, Tiziana, es lo único en lo que pienso

Entonces estampa su boca contra la mía, en un beso que comienza suave y lento, pero que me debilita a tal manera que debo agarrarme de su cuello para no sentir que me caigo al suelo. Me pone los pelos de punta cuando su mano fuerte sube hacia el mío, y lo encierra con sus dedos a la par que suma su lengua a la ecuación

Me besa justo como lo imaginé, justo como quise siempre; fuerte, caliente, eufórico

Muerde mi labio con fiereza y no puedo evitar gemir en su boca, menos aún cuando sus caderas chocan con las mías y siento su dura entrepierna en contacto con la mía

Puedo escuchar en mi mente el relato de siempre, de cómo Charles gana la carrera, y una risa se me escapa; él sonríe y se separa un poco de mi

-¿Qué pasa?- pregunta y vuelvo a reír, sintiendo sus besos breves en mis labios

-Nada...esto no parece real- respondo divertida y él alza una ceja

-¿Lo es?

Charles Leclerc gana el Gran Premio de Monza!

Abro mis ojos de golpe, con el pecho subiendo y bajando rápidamente, y con el pelo desparramado por toda mi cara. Siento mi cuerpo sudado al sentarme en la cama, y veo su cara en la televisión

Efectivamente, ganó la carrera, y alza su trofeo al aire con una gran sonrisa

Felicitaciones, campeón

Enfoque - Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora