Final.

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Pasaron los meses, no sabía lo cansado que era estar embarazada, me cuide como la doctora pidió y yo estaba segura de que todo saldría bien, aunque aveces me sentía más cansada de lo normal,aún así estaba completamente lista para ser la madre que soñé.

-Amor, ¿que quieres de cenar?- pregunte sentándome aún lado de él.

- Mejor salgamos, no cocines- pidió- ve y cámbiate, te llevaré a un restaurante.

- Tan lindo mi Sebastián- murmure besando su frente.

Camine por el pasillo del segundo piso, no sin antes entrar a la habitación de nuestro bebé, las paredes pintadas de un color gris bajo, con aquellos cuadros vacíos esperando por poner algunas fotos ahí, juguetes adornando esa agradable habitación.

Me acerqué a la cuna y me imaginé cómo me vería arrullando a mi bebé para después acostarlo en esta cuna.

Nos había costado pero la habitación de nuestro bebé estaba lista, ya sabíamos el género del bebé así que su nombre sería Rodrigo.

Tome una foto de la habitación, ya que tenía planeada publicarla en twitter. Camine a mi habitación y ahora si tome un vestido y me arregle para ir al restaurante.

 Camine a mi habitación y ahora si tome un vestido y me arregle para ir al restaurante

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Llegamos al restaurante, nos sentamos y pedimos algo rápido.

- Como crees que sea?- murmuro mi esposo y lo mire confundida- si ósea Alto, chaparro, guapo o feo- volvió a decir y yo me reí.

- Obvio será muy guapo, alto e inteligente como tu- sonreí.

- El pequeño Rodri será muy lindo- murmuro sonriendo.

- Exacto y cuando menos lo esperemos el estará corriendo por toda la casa o le enseñaremos andar en bici- dije emocionada- ya se, el día que entre a la universidad...- murmure con un puchero- no estaré lista ese día.

- Eres tan linda Alicia, cada día estoy seguro que tu eres la mujer con la que estaré cuidando a mis nietos- murmuro tomando mi mano.

Terminamos de comer así que nos dirigimos a casa, a mitad de camino empecé a sentir un dolor en mi abdomen, así que le pedí a Roier que se detuviera.

- Qué pasa?- se detuvo asustado.

- Me duele- murmure tocando mi panza- creo que son contracciones- lo mire asustada.

- Pero faltan dos semanas para el parto- Recordó mi esposo asustado- Te llevaré al doctor.

Prendió de nuevo el auto y aceleró directo al hospital, yo saqué mi teléfono para marcarle a mis hermanas y a mi madre,mis hermanas se encargaron de avisarle a la madre de Roier así que mi única preocupación era el bebé en estos momentos.

Al llegar mi esposo me cargo en sus brazos y camino asta la puerta del hospital, algunos enfermeros le ayudaron dándome una silla de ruedas y me llevaron directamente a sala de partos.

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