Cap 11 - El indio

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17/07/1999

El catalán abrió los ojos con pausa, volviendo a notar el calor de Casillas envolverle, y se permitió olvidar el reclamo de "Ayer me besaste, qué cojones pasó" para disfrutar del abrazo, en realidad no le había importado demasiado, solo otra media hora recordando el tacto antes de caer en el sueño.

Se removió cómodo, podría pasarse la vida entre aquellos brazos.

Íker se despertó a los minutos con Xavi todavía entre sus brazos, sonrojándose hasta las orejas al recordar la ocurrencia que tuvo la pasada noche, era tonto, no, tontísimo.

Aun con toda la vergüenza encima se quedó a su lado tumbado, era superior a él, todo en el mayor le atraía.

— ¿Buenos días no? — Íker habló al notarle moverse, ¿Cuánto tiempo llevaba despierto?

— Muy buenos, sí. — Casillas sonrió ante el murmullo, mudo ante la contestación.

El silencio inundó la habitación, ambos absortos en el contrario sin saberlo, disfrutando de la paz del cuarto.

Hasta que a un niño se le juntaron el hambre y el no querer hacer nada.

— Ikersito hazme el desayunooo. — Unai irrumpió en la habitación listo para molestar un rato.

— Se dice hola, y no, estás grande ya. — Casillas mayor tenía todavía menos ganas de levantarse y hacer cosas.

— Venga, prometo no robarte los cromos en... tres días — Unai propuso, en su mente siendo una oferta ir rechazable.

— No es no tete. —

— Vamos Ikersito, haznos el desayuno. — Xavi intervino con una sonrisa, la escena le parecía de lo más graciosa.

— Ahora tú también... Bueno, pero hoy solo. — Íker cedió, no podía negarse cuando una burla sonaba hasta bonita.

— Jopetas Xavi, tú eres mago o algo. — Unai habló impactado al ver como su hermano se levantaba, era en serio, iba a ponerse a hacer algo de buena mañana y con una sonrisa.

— Tu calladito que quiero mis cromos de Hierro y Guardiola, que no me olvido. — Íker habló sin poder borrar la sonrisa.

— A la orden Ikersito. — El menor fingió un saludo militar.

— Y deja de llamarme así. —

— Eso te va a costar más que unos cereales. —

— Joder con el niño. — El madridista renegó por lo bajo mientras se metía en la cocina.

— Unai es mucho Unai. — Xavi comentó riendo, lo que daría por que sus hermanos fuesen como él.

Desayunaron los tres juntos, entre risas y Unai enseñándole nombres denigrantes a Xavi.

El menor de los tres bajó al descampado a jugar al fútbol, según él, era un día importante y necesitaba una buena comida esperándole, para cuando, según él, "hubiese machacado a los cojos de los vecinos".

Lamentablemente, los vecinos se habían traído unos primos tres cabezas más altos que él y habían perdido por una diferencia aplastante, pero oye, al menos tenía un buen plato esperándole.

Y allí se habrían quedado si no fuese porque Unai les había retado a una revancha justa, donde les necesitaba para, en sus palabras, "Limpiar su honor"

Así que Casillas y Hernández terminaron en un campo improvisado jugando una pachanga que se había tornado injusta para el otro lado.

Íker había parado un par de ocasiones, pero más que nada se dedicaba a ver a Xavi desenvolverse con el balón, era hermoso, casi erótico verle jugar.

No soy ella [XAVIKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora