Cap 7 - Family Line

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11/07/1999, 15:27

Cuando Xavi bajó del tren y localizó aquel pelo desordenado viendo al suelo su corazón dio un vuelco y el mundo dejó de girar. Se acercó con sigilo, conteniendo la emoción que se arremolinaba en su pecho.

Íker fingía que las baldosas de la estación eran interesantes, le daba vergüenza lo feliz que le hacía pensar en él, y no tuvo tiempo a quitársela cuando fue abordado por un efusivo abrazo.

Se tensó en un primer momento, ¿En qué momento? Pero al reconocer el olor de su amigo se destensó y correspondió al instante, llenándose de una sensación de satisfacción indescriptible.

— Te he echado de menos. — Dijo en un susurro escondiéndose en su cuello, le encantaba la colonia que usaba, bueno, como olía en general.

— Y yo a ti, mucho. — Su piel se erizó al sentir su aliento tan cerca de sí, y se fundió contra el mayor, no quería dejar de abrazarle nunca.

Terminó separándose al par de minutos, un poco en contra de su voluntad, pero sentía que se estaba pasando. ¿Cuál es el tiempo ético para abrazar a un amigo?

Una vez le guio por el metro y consiguió no perderse ni perderle a él, llegaron a casa, y un punto de vergüenza le invadió, Xavi tenía bastante más pasta que él, aunque lo negase y jurase vivir de manera normal, vivir en una casa con piscina, su madre profesora de bachiller y su padre exfutbolista y que siempre hubiese ido en taxi a entrenar decían lo contrario, por no comentar su extenso contrato con el filial.

Y al darse cuenta de que él vivía en un piso normalito, sus mayores aliados eran metro y bus, su madre era peluquera y su padre paleta, había llegado becado al Real Madrid desde el colegio, no había pagado la cuota completa nunca. Y al ser portero del Real Madrid C cobrar, cobraba poco.

No sabía si su casa sería suficiente.

Que a él le gustaba, lo tenía todo, una cocina, una cama, un sofá donde ver la tele y un patio interior donde cotillear, pero no tenía claro que Xavi pensase lo mismo.

Subieron por el ascensor en silencio, él, nervioso por ser la primera vez que Xavi veía su casa y Xavi probablemente por la misma razón, no está seguro.

Y una vez logró abrir la puerta, se encontró con su hermano, Unai, con diez años, una camiseta del Barça que le obligó a comprar y haciendo un saludo militar.

— Ondia Íker, no me habías dicho que tu hermano sabía de fútbol. — Escuchó que Xavi reía mientras se metía en el recibidor.

— ¿Tú no habías bajado a jugar con tus amigos? — Le miró desde arriba conteniendo la risa.

— Recibir como Dios manda al futuro mejor centrocampista del mundo es más importante que humillar ratas blancas. — Unai habló firme sin romper la posición, tenía el dorsal 26 y Xavi a la espalda, no podía creerse que su hermano fuese amigo del catalán, llevaba toda la mañana emocionado por ver al canterano en el que tenía todas sus esperanzas.

— ¿Desde cuándo eres tan antimadridista? — Íker miraba divertido al niño y ya notaba a Xavi adelantarle para hablar con Unai.

— Soy antimadridistas, si juegas tú apoyo al Madrid, si no, no. —

— ¿Unai no? — Xavi saludó amistoso, e Íker vio como a su hermano se le iluminaban los ojos.

— S, sí, Unai Casillas. — El menor le extendió la mano temblorosa.

— Encantado, yo soy Xavi, — El catalán habló antes de acercarse y susurrarle. — Me alegro de ver a alguien con juicio aquí.

— Ya ves, Íker lo de pensar no lo lleva muy bien. —

No soy ella [XAVIKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora