No soy ella [XAVIKER]

Cap 4 - Best Friend

28/06/1999

Íker despertó ya listo para volver a su vida normal, no quería quedarse en casa, pero ya no entrenaba nadie y todos sus amigos estaban con sus familias de viaje, solo tenía a Pablo, quien le había dicho de salir ese día, pero no habían acordado ni cuándo ni dónde, así que supone que ya le llamará o aparecerá llamando a su timbre sin avisar, o eso quiere pensar.

Avanza en su mañana, que pasa sin pena ni gloria, desayuna, y sin quitarse el pijama, se pone a ver la televisión, y echa de menos el jardín de Xavi y su casoplón, él vivía en un tercero en medio de Móstoles, y sus vecinos el término de cuidar el patio común no lo llevaban muy bien, no podía hacer nada.

Sus esperanzas de que Pablo le salvase el tostón de día fueron respaldadas mientras se preparaba para ir a comer al bar más cercano, tocando el timbre y soltando una broma quemadísima al contestar que le arrancó una sonrisa.

Aunque su sorpresa fue verlo con dos bolsas de lo que parecía comida de la rosticería del barrio.

— No he comido y supuse que tú tampoco, así que he pillado algo y comemos juntos. — Pablo habló al ver que el otro miraba con curiosidad lo que llevaba.

— Pues estaba vistiéndome para ir a mendigar comida, has venido justo. — Íker habló al acordarse de cómo llevaba toda la mañana esperando a que apareciese sin avisar, y no solo había acertado, es que además venía con comida gratis.

— Menos mal, subiendo las escaleras estaba empezando a arrepentirme. —

Prepararon la mesilla del salón de estar entre risas e historias, pensaban comer en el sofá, donde se sentían más cómodos hablando, llevaban meses sin verse, necesitaban actualizar al otro sobre cómo estaba yendo la vida, Telegram daba justito para expresarse.

— Ba baba, ba ba. — Íker trató de hablar con una croqueta llena en la boca sin abrirla, obviamente sin ser capaz de conseguirlo.

— Yo hablo japonés, pero los dialectos no los llevo bien, eh, aviso. — Pablo se aguantó la risa.

— Que me acabo de recordar de cuando potaste en todo el baño de Laura en una fiesta. — Una vez pudo hablar apenas pudo contener una carcajada.

— Joder si, menuda bronca nos metió después su madre. — Pablo habló como pudo, apenas podía pensar de la risa al recordar toda la situación: Una veintena de adolescentes, acabados de graduar de la ESO, en casa de la delegada, donde a él, la alegría de haber aprobado todo con sobresalientes, se puso a girar cuál peonza, terminando en el baño con Íker cubriendo, ese día vomitó hasta la leche materna de recién nacido.

— Es, es, es que como se te ocurre cabrón. —

— Comprobamos que el límite de giros es durante tres minutos y treinta y tres segundos, fue un gran hallazgo científico. —

— Hostia, y ¿Te acuerdas del pavo ese que no quería que hablaras conmigo e insistía en que eras una tía? —

— Joder si me acuerdo era tonto con ganas, y que cuando le dije que me iba del país amenazó con matarse cuando ni siquiera me miraba porque un día le dijiste que salir conmigo era de gais. — Pablo aguantó una risa, ya lo tenía superado, ya no dolía, tan solo le provocaba risa y vergüenza ajena.

— Menos mal que lo dejaste, qué gilipollas. —

— Ya ves, hay gente corta para todo, ¿te crees que el cabrón me amenazaba con dejarme cuando quedaba contigo? —

— Hostia puta, con peña así por el mundo hasta yo soy un partidazo. — Y se acordó de él, de como él había encontrado un partidazo, una mujer impresionante.